Erase una vez que se era un oso que no encontraba amigos.
Se sentia desgraciado, pensaba que todas las cosas malas de la vida le pasaban a el.
Pensaba que ademas como era un oso feo jamas encontraria una osa que lo amase.
Un buen dia el oso conocio a un grupo de alegres pajarillos.
El oso se encargo de darle pena a los pajarillos, conto que su vida siempre habia sido muy triste que los papas osos se habian olvidado de el a una edad muy temprana cuando aun era un osezno.
Los pajarillos apenados se dedicaron a cantarle al oído e intentar alegrarle la vida.
El oso vivía encantado con sus nuevos amigos, parecía que estaba mejor aun así se empeñaba en darles lastima.
Un buen día el oso encontró a una osita que parecía hacerle caso, los pajaros se alegraron enormemente por el oso.
El oso se caso con la osita, los pajaros cantaban a su alrededor y de vez en cuando se iban a disfrutar del paisaje en la pradera con el oso y la osita.
Poco a poco el oso fue cambiando y dejando de lado a los pajaritos para centrarse en la osa y sus amigas.
Se volvió una persona fría y distante, los pajaritos aun así insistían en cantarle pero el problema es que a el le parecía molestarle todo así que poco a poco los pajaritos dejaron de cantarle.
El oso se volvió a quedar solo, acompañado de la osa y bueno el tiempo dirá si no echa de menos a los pajaritos....
Este pequeño cuento habla de muchos osos que he conocido en mi vida, personas egoístas que solo piensan en ellos mismos que se dedican a utilizar a los demás para su propio interés y una vez que han sacado de ellos lo que pretendían los tiran a la papelera.
Estas personas si tienen suerte dan con alguien que los aguanta un tiempo hasta que ven su verdadera cara.
Pueden disimular sus defectos, pueden ponerse caretas pero antes o después dejan de actuar y entonces a ver quien les aguanta.
Ya me he cansado de aguantar osos, porque no me gusta la caza que sino se iban a enterar....
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