Ayer me paraba a reflexionar sobre las cosas que me convencen y las cosas que no me convencen.
Me convence hacer grandes cosas a base de pequeñas cosas, me convence hacer una casa desde los cimientos, me convence hacer un año a base de meses, un mes a base de días, un día a base de horas, una hora a base de minutos y un minuto a base de segundos.
Me convence la gente que me demuestra cosas y no la que habla por hablar.
Me convence el amor discreto que se esconde en los silencios y que dice te quiero de manera sincera.
Me convence el trabajo diario que se lleva con alegría.
De lo que no me convence podría decir mil cosas pero las voy a intentar resumir, no me convence el egoísmo exagerado.
No me convence los falsos te quiero que se pregonan en la plaza del pueblo.
No me convencen las palabras huecas o las personas que intentan colgarse medallas con el esfuerzo de otros.
No me convence la falsa apariencia de tener la vida bajo control.
No me convence la gente que habla e intenta organizar las vidas del resto sin poner la suya en orden.
lunes, 10 de mayo de 2010
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