domingo, 20 de marzo de 2016
Despedida definitiva.
Tras unos duros años en los que he tenido que compaginar trabajo, estudios y otras terribles obligaciones, mi cabeza ha dicho basta. Mucha gente que me quiere lleva tiempo diciéndome que vaya al médico y yo, terco de mí, siempre me he negado. Hace un par de semanas, después de asustarme de mí mismo por una serie de cosas, decidí hacerlo.
Tal y como sospechaba, algo no funciona bien en mi cabeza, mi cuerpo no produce una hormona llamada sertralina, relacionada con las transmisiones neuronales, el estado de ánimo y el comportamiento paranóico y esquizofrénico. Eso explica muchas cosas....no recordar donde aparcaba, no poder concentrarme al estudiar, escribir o decir una palabra intentando escribir otra, ver fantasmas en cualquier sitio, no poder dormir bien etc...
Me han puesto un tratamiento para intentar equilibrar mi cerebro, para ver si así consigo serenar el alma, pero el médico me ha dicho que es posible que en un futuro padezca algún tipo de demencia. Tras ver los estragos que el Alzheimer está haciendo en mi madre y en mi familia, he decidido que no quiero pasar por eso. Quedan algunos años, pero sé que antes o después voy a acabar con mi vida, no quiero verme en el estado que está ella y además no quiero ser una carga para nadie.
Hace unos meses tomé la decisión de no meter a nadie en mi vida, aún así, aparecen personas a las que no les puedes negar el acceso, te necesitan, te ayudan, te dan alegrías....pero ahora sí, he decidido que no quiero amargar a nadie nunca más, quiero vivir una vida de soledad y olvido. Cuidar de mis padres, de mis niños a los que doy clase, intentar antes de que sea tarde volver a trabajar en un colegio para dejar algo mío en este mundo lleno de hipocresía y falsedad.
No quiero dejar un recuerdo malo, la gente que me conoce sabe que no soy mala persona, sabe que he cometido mis errores, no me arrepiento de ellos, no quiero disculparme por no haber estudiado en su día, por haber tratado mal a mis padres, por haber tomado el camino fácil en muchas ocasiones; todo esto creo que lo he rectificado en estos últimos años, creo que he pagado con creces mi deuda, aunque lamentablemente, estos últimos meses veía todo eso peligrar y parece que me he quedado en números rojos de nuevo.
Tengo un último reto ante mí, volver al colegio, examinarme en Junio y como decía en otras entradas, preparar y llorar dos mortajas. Esto no es un aviso de suicidio como parecía anteriormente o como intenté el año pasado, para nada... Estoy dispuesto a luchar hasta el final, para eso me quedan muchos años (espero), pero cuando note que mi cabeza no rige, cuando el tratamiento que me han mandado (que por cierto, es parecido a lo que toma mi madre) no funcione, tranquilamente y en paz, intentaré irme de un modo en el que no haga ruido y que mis órganos se puedan aprovechar.
A partir de ahora, intentaré llevar una vida plena y equilibrada, acepto lo que me toca, eso sí, me vais a disculpar que no escriba por aquí más, este blog es una etapa de mi vida que debo dejar atrás, solo espero de verdad, que me perdonéis por lo que os he podido hacer en estos últimos meses a la gente que he herido, simplemente ya sabéis que no era yo.
Se despide, con el más grande de los abrazos, ese ogro que os añora cada día, pero que sabe que ha tomado la decisión correcta, porque tiene asumido que la luna gúia las almas confundidas y mi alma hace tiempo que perdió el norte.
Tal y como sospechaba, algo no funciona bien en mi cabeza, mi cuerpo no produce una hormona llamada sertralina, relacionada con las transmisiones neuronales, el estado de ánimo y el comportamiento paranóico y esquizofrénico. Eso explica muchas cosas....no recordar donde aparcaba, no poder concentrarme al estudiar, escribir o decir una palabra intentando escribir otra, ver fantasmas en cualquier sitio, no poder dormir bien etc...
Me han puesto un tratamiento para intentar equilibrar mi cerebro, para ver si así consigo serenar el alma, pero el médico me ha dicho que es posible que en un futuro padezca algún tipo de demencia. Tras ver los estragos que el Alzheimer está haciendo en mi madre y en mi familia, he decidido que no quiero pasar por eso. Quedan algunos años, pero sé que antes o después voy a acabar con mi vida, no quiero verme en el estado que está ella y además no quiero ser una carga para nadie.
Hace unos meses tomé la decisión de no meter a nadie en mi vida, aún así, aparecen personas a las que no les puedes negar el acceso, te necesitan, te ayudan, te dan alegrías....pero ahora sí, he decidido que no quiero amargar a nadie nunca más, quiero vivir una vida de soledad y olvido. Cuidar de mis padres, de mis niños a los que doy clase, intentar antes de que sea tarde volver a trabajar en un colegio para dejar algo mío en este mundo lleno de hipocresía y falsedad.
No quiero dejar un recuerdo malo, la gente que me conoce sabe que no soy mala persona, sabe que he cometido mis errores, no me arrepiento de ellos, no quiero disculparme por no haber estudiado en su día, por haber tratado mal a mis padres, por haber tomado el camino fácil en muchas ocasiones; todo esto creo que lo he rectificado en estos últimos años, creo que he pagado con creces mi deuda, aunque lamentablemente, estos últimos meses veía todo eso peligrar y parece que me he quedado en números rojos de nuevo.
Tengo un último reto ante mí, volver al colegio, examinarme en Junio y como decía en otras entradas, preparar y llorar dos mortajas. Esto no es un aviso de suicidio como parecía anteriormente o como intenté el año pasado, para nada... Estoy dispuesto a luchar hasta el final, para eso me quedan muchos años (espero), pero cuando note que mi cabeza no rige, cuando el tratamiento que me han mandado (que por cierto, es parecido a lo que toma mi madre) no funcione, tranquilamente y en paz, intentaré irme de un modo en el que no haga ruido y que mis órganos se puedan aprovechar.
A partir de ahora, intentaré llevar una vida plena y equilibrada, acepto lo que me toca, eso sí, me vais a disculpar que no escriba por aquí más, este blog es una etapa de mi vida que debo dejar atrás, solo espero de verdad, que me perdonéis por lo que os he podido hacer en estos últimos meses a la gente que he herido, simplemente ya sabéis que no era yo.
Se despide, con el más grande de los abrazos, ese ogro que os añora cada día, pero que sabe que ha tomado la decisión correcta, porque tiene asumido que la luna gúia las almas confundidas y mi alma hace tiempo que perdió el norte.
viernes, 11 de marzo de 2016
El arte de morir.
A lo largo de mi vida he
aprendido que uno tiene que estar preparado para la muerte. Tener todas las
cuentas saldadas y el equipaje listo para embarcar. A esta forma de pensar la
llamo el arte de morir.
A
muchos la muerte les asusta, les llena de pavor pensar en que no van a poder
disfrutando de una vida que creen plena; en mi caso, aprendí hace algunos años
en un hospital que la vida es una experiencia pasajera y que la muerte es
definitiva, ya que quieras o no quieras, joven o anciano, sano o enfermo,
siempre te alcanza.
No me
asusta dejar este mundo atrás y reunirme con algunas personas que se han ido
antes que yo, simplemente sé, que antes, tengo que resolver unos pequeños
flecos. Tengo que llorar a mis padres y presentarme a una oposición tal y como
le prometí a quizás la única persona que
he amado. Después de eso, seré libre, habré cumplido lo acordado y estaré
preparado.
Esto no
es una carta de despedida, ni un aviso de suicido, simplemente es la reflexión
de una persona privilegiada a la que la vida le ha dado tanto que al mismo
tiempo, le ha ido robando personas y
momentos importantes. Estos últimos años de decrepitud de mis padres, me han
hecho darme cuenta de lo importante que es morirse bien, no haciendo daño a
nadie, dejando atrás un buen recuerdo y lo más importante en paz con uno mismo.
Últimamente
solo encuentro personas que intentan desequilibrar mi frágil equilibrio, cuando
me conocen se empeñan en hacerme ver lo equivocado que estoy por pensar en la
muerte como un último acto de redención, siempre les digo lo mismo, deberías
ponerte en mis zapatos una semana antes de opinar.
Supongo
que aún me queda tiempo para cuestionarme el modo y la manera en la que antes o
después me iré, pero no me agobia, aún tengo asuntos pendientes para honrar al
arte de morir.
miércoles, 9 de marzo de 2016
En proceso de autodestrucción.
Últimamente no escribo mucho por aquí ya que ando muy ocupado preparando mi último acto de redención. En junio para bien o para mal, realizaré mi último acto de redención. Habré devuelto aquello que mucha gente me ha dado su confianza y apoyo para intentar cambiar de vida, les debo este último esfuerzo. Después todo habrá terminado de una manera u otra.
Llevo un tiempo, sacando de mi vida a golpes a la gente que más me importa porque no quiero que sean testigos directos de mi autodestrucción. Ahora mismo solo me apetece estar solo y centrarme en la línea de meta, junio. Después, la suerte estará echada.
No me apetece que nadie me compadezca, no me apetece que nadie se preste a ayudarme, ni que nadie se apiade de mí. Si alguien me conoce un poco, sabe que so no va conmigo. Prefiero quedar como un ogro que eso.
Supongo que mucha gente no me entenderá, otra muchísima ni se percatará de lo que realmente pasa y a la inmensa mayoría les será indiferente, pero es lo que hay. He aprendido a vivir con este dolor que se lleva en el alma cuando ves que todo lo que has amado antes o después ha volado, cuando no encuentras tu lugar en un mundo al que sientes no pertenecer, al que detestas y el que se empeña una y otra vez en demostrarte lo mierda que eres.
Dicen que soy duro, que aguanto mucho, justamente comportarme así es una muestra de dureza más, no quiero nadie a mi lado que recoja mis pedazos o que me recuerde, quiero irme igual que vine, solo y desnudo, pero antes me queda junio y dos entierros...mientras tanto seguiré con el proceso de autodestrucción, así que por si acaso, mejor no te acerques a mí.
Llevo un tiempo, sacando de mi vida a golpes a la gente que más me importa porque no quiero que sean testigos directos de mi autodestrucción. Ahora mismo solo me apetece estar solo y centrarme en la línea de meta, junio. Después, la suerte estará echada.
No me apetece que nadie me compadezca, no me apetece que nadie se preste a ayudarme, ni que nadie se apiade de mí. Si alguien me conoce un poco, sabe que so no va conmigo. Prefiero quedar como un ogro que eso.
Supongo que mucha gente no me entenderá, otra muchísima ni se percatará de lo que realmente pasa y a la inmensa mayoría les será indiferente, pero es lo que hay. He aprendido a vivir con este dolor que se lleva en el alma cuando ves que todo lo que has amado antes o después ha volado, cuando no encuentras tu lugar en un mundo al que sientes no pertenecer, al que detestas y el que se empeña una y otra vez en demostrarte lo mierda que eres.
Dicen que soy duro, que aguanto mucho, justamente comportarme así es una muestra de dureza más, no quiero nadie a mi lado que recoja mis pedazos o que me recuerde, quiero irme igual que vine, solo y desnudo, pero antes me queda junio y dos entierros...mientras tanto seguiré con el proceso de autodestrucción, así que por si acaso, mejor no te acerques a mí.
domingo, 31 de enero de 2016
No me rindo.
No he llegado hasta aquí para decir no puedo. No he llegado hasta aquí para ponerme excusas. No he llegado hasta aquí para dejarme tumbar sin ni siquiera sonar la campana. Mirando en mi interior, he comprendido que ha llegado la hora de la verdad. De pensar en mí, de quitarme el miedo, de superar barreras que yo mismo me he creado, apretar los dientes y darlo todo por conseguir un sueño.
Me he demostrado a mí mismo, que puede que no tenga la mejor caligrafía del mundo, puede que mi cabeza ya no funcione como antes, puede que sea demasiado viejo para aprobar una oposición, que para algunos sea un listillo, pero ¿sabéis qué? Si me quieren tumbar van a tener que pegar fuerte e incluso si me tumban, voy a volver a levantarme, a rehacerme, a sobrevivir como he hecho hasta ahora, a pelear más duro y hacerles ver lo equivocados que están.
Puedo ser un gran maestro, de los mejores, simplemente porque adoro la enseñanza, adoro ver cómo mis alumnos mejoran cada día y ansío ver su progresión y que algún día a no muy tardar, sean mejores que yo.
Motivación a tope, Junio allá voy, prepárate.
Me he demostrado a mí mismo, que puede que no tenga la mejor caligrafía del mundo, puede que mi cabeza ya no funcione como antes, puede que sea demasiado viejo para aprobar una oposición, que para algunos sea un listillo, pero ¿sabéis qué? Si me quieren tumbar van a tener que pegar fuerte e incluso si me tumban, voy a volver a levantarme, a rehacerme, a sobrevivir como he hecho hasta ahora, a pelear más duro y hacerles ver lo equivocados que están.
Puedo ser un gran maestro, de los mejores, simplemente porque adoro la enseñanza, adoro ver cómo mis alumnos mejoran cada día y ansío ver su progresión y que algún día a no muy tardar, sean mejores que yo.
Motivación a tope, Junio allá voy, prepárate.
lunes, 11 de enero de 2016
La fuerza interior.
Algunas personas dicen encontrar su fuerza interior en su familia o amigos. Para ellos, su entorno es el motor que le aporta la energía necesaria para continuar. Me alegro por ellos, pero la verdad es que otras personas esa fuerza interior solo la encontramos en momentos en los que sentimos en los momentos en los cuales la hiel, te deja en la boca, un gusto amargo a soledad y desesperación.
Algunos hemos nacido para estar solos, no queremos herir a nadie que nos ame porque entendemos que la vida es un ciclo, uno corto, que antes o después acaba y no queremos dejar un legado de recuerdo y nostalgia.
En estos últimos años, observo como todo mi mundo se viene a bajo y hasta hace poco, lo único que hacia era lamentarme y llorar en algún hombro. Eso no me ha hecho bien, poco a poco, me he vuelto una persona miedosa y ese miedo me estaba paralizando.
Es cierto que en el fondo tengo miedo a perder a la gente que quiero. Es verdad que en el fondo me aterra estar solo. Pero también es verdad, que en la soledad se encuentra mi fuerza interior y en este momento necesito ser muy fuerte para afrontar todo lo que me viene.
Algunos hemos nacido para estar solos, no queremos herir a nadie que nos ame porque entendemos que la vida es un ciclo, uno corto, que antes o después acaba y no queremos dejar un legado de recuerdo y nostalgia.
En estos últimos años, observo como todo mi mundo se viene a bajo y hasta hace poco, lo único que hacia era lamentarme y llorar en algún hombro. Eso no me ha hecho bien, poco a poco, me he vuelto una persona miedosa y ese miedo me estaba paralizando.
Es cierto que en el fondo tengo miedo a perder a la gente que quiero. Es verdad que en el fondo me aterra estar solo. Pero también es verdad, que en la soledad se encuentra mi fuerza interior y en este momento necesito ser muy fuerte para afrontar todo lo que me viene.
jueves, 31 de diciembre de 2015
Otro año más, somos los que somos y nadie más.
Lejos de hacer un balance sobre el año que se nos va, quiero compartir con vosotros una reflexión que me viene a la cabeza en estas fechas, somos los que somos y nadie más.
Otro año más, nos sentamos a cenar pocas personas en número pero grandes en calidad. En estos últimos años, la enfermedad y la edad está golpeando a mi familia de una manera cruel y nos hemos dado cuenta de las pocas personas con las que podemos contar.
En esta noche, valoro mucho más a los que siempre están, a los que no se esconden y a los que intentan sumar en lugar de dedicarse a aparentar una falsa amistad o un trato hipócrita.
Un año más, somos los que somos y nadie más.
Otro año más, nos sentamos a cenar pocas personas en número pero grandes en calidad. En estos últimos años, la enfermedad y la edad está golpeando a mi familia de una manera cruel y nos hemos dado cuenta de las pocas personas con las que podemos contar.
En esta noche, valoro mucho más a los que siempre están, a los que no se esconden y a los que intentan sumar en lugar de dedicarse a aparentar una falsa amistad o un trato hipócrita.
Un año más, somos los que somos y nadie más.
martes, 29 de diciembre de 2015
El Dios de la buena muerte.
Cuentan que a lo largo de la historia de la humanidad, los soldados se han encomendado al Dios de la buena muerte, esperando misericordia de lo desconocido en esos últimos momentos de agonía. Hace unos años aprendí a implorar por la vida de mis seres queridos, egoístamente quería tenerlos conmigo mucho más tiempo, pero el destino en muchos casos me privó de ellos y en otros casos me ha enseñado que a veces las prorrogas son igual o más dolorosas que los finales anticipados.
No sé que me ocurre en este final de 2015, solo pienso en la tranquilidad que aporta la muerte; para nada estoy pensando en sucidarme ni cosas por el estilo, eso sería cobarde, simplemente pienso que sería genial poder un buen día, no despertar y decir vamos a la siguiente fase, porque en la inmensidad de la noche, siento que mi tiempo aquí se ha pasado.
Siempre he sido una persona rara, de las que necesitan meditar y pensar, ahora me he dado cuenta de que quizás tengo que pensar menos y actuar más, vivir a mi manera y rogar al Dios de la buena muerte que cuando me llame a su lado, sea de la manera más dulce posible y sobre todo menos dolorosa para todos aquellos que me rodean.
En fin, supongo que salvo sorpresa, aún tendréis que aguantarme por aquí algunos años más, supongo que a mi destino todavía le faltan algunas pruebas, así que nos vamos viendo....
No sé que me ocurre en este final de 2015, solo pienso en la tranquilidad que aporta la muerte; para nada estoy pensando en sucidarme ni cosas por el estilo, eso sería cobarde, simplemente pienso que sería genial poder un buen día, no despertar y decir vamos a la siguiente fase, porque en la inmensidad de la noche, siento que mi tiempo aquí se ha pasado.
Siempre he sido una persona rara, de las que necesitan meditar y pensar, ahora me he dado cuenta de que quizás tengo que pensar menos y actuar más, vivir a mi manera y rogar al Dios de la buena muerte que cuando me llame a su lado, sea de la manera más dulce posible y sobre todo menos dolorosa para todos aquellos que me rodean.
En fin, supongo que salvo sorpresa, aún tendréis que aguantarme por aquí algunos años más, supongo que a mi destino todavía le faltan algunas pruebas, así que nos vamos viendo....
sábado, 26 de diciembre de 2015
El mañana no existe porque no ha llegado.
¿Cuál es tu principal miedo?- Preguntó aquel anciano hombre que empuñaba una raqueta de madera a aquel español que hablaba inglés con acento escocés. Tras pasar unos minutos el español contestó: me da miedo a morir sin que nadie me recuerde. Ralph sonrió y le contestó para que alguien te recuerde tienes que dejar de situar tu miedo en el futuro y vivir tu vida en el presente.
No me han educado para vivir el presente, he vivido siempre para preocuparme del mañana, teniendo miedo, mucho miedo de no hacer lo correcto, del que dirán o de mi mismo que normalmente ha sido el juez más severo al que me he tenido que enfrentar. Ahora, recuerdo las sabias palabras de Ralph, recuerdo las palabras de Lucía a sabiendas de que iba a morir, recuerdo la vida de mi abuela, recuerdo a todos mis amigos que cayeron por culpa de la heroína, recuerdo a aquel niño del cuerno de África que morirá de hambre o sed mientras que desperdiciamos el agua y tiramos la comida....y pienso, aquí-ahora, estoy-soy, mi vida-vida mía......¡Lucha pero ríe! ¡Disfruta y llora! Pero sobre todo disfruta....¿Por qué nos han enseñado solo a padecer? ¿Por qué no disfrutamos de minutos de gloria? ¿De momentos irrepetibles? Si al final será lo único que nos llevemos, al final de los muertos no se acuerda nadie porque andan demasiado ocupados criticando a los vivos.
El tren de la felicidad no pasa dos veces y no tiene los mismos vagones preparados para todos. Cada uno encontramos nuestro hogar en un lugar distinto...pero solo nosotros podemos guiarnos, contestando a la pregunta ¿Cómo puedo continuar?
No me han educado para vivir el presente, he vivido siempre para preocuparme del mañana, teniendo miedo, mucho miedo de no hacer lo correcto, del que dirán o de mi mismo que normalmente ha sido el juez más severo al que me he tenido que enfrentar. Ahora, recuerdo las sabias palabras de Ralph, recuerdo las palabras de Lucía a sabiendas de que iba a morir, recuerdo la vida de mi abuela, recuerdo a todos mis amigos que cayeron por culpa de la heroína, recuerdo a aquel niño del cuerno de África que morirá de hambre o sed mientras que desperdiciamos el agua y tiramos la comida....y pienso, aquí-ahora, estoy-soy, mi vida-vida mía......¡Lucha pero ríe! ¡Disfruta y llora! Pero sobre todo disfruta....¿Por qué nos han enseñado solo a padecer? ¿Por qué no disfrutamos de minutos de gloria? ¿De momentos irrepetibles? Si al final será lo único que nos llevemos, al final de los muertos no se acuerda nadie porque andan demasiado ocupados criticando a los vivos.
El tren de la felicidad no pasa dos veces y no tiene los mismos vagones preparados para todos. Cada uno encontramos nuestro hogar en un lugar distinto...pero solo nosotros podemos guiarnos, contestando a la pregunta ¿Cómo puedo continuar?
jueves, 24 de diciembre de 2015
Falaz Navadaz
Un año más, ¡falaz Navadaz!, un año más, besos, abrazos, recuerdos, alegrías y nostalgias, pero como diría un buen amigo mío, siempre un día más.
La vida se empeña en que olvidemos quiénes somos, de dónde venimos y lo más importante, a dónde vamos. Llevo media vida o quizás ya algo más, intentando encontrar esas respuestas y cuando parece que las he encontrado, el maldito destino se empeña en confundirme, desorientarme y olvidar lo aprendido.
Esta Navadaz se me presenta casi sin avisar, quizás el buen tiempo que hace que esto no parezca Diciembre o quizás el ajetreo en el trabajo que dejaré de tener el 17 de Enero no me han hecho aterrizar aún en este tiempo de buenos deseos. O quizás, este año más que nunca no tengo espíritu Navideño y lo más preocupante, tampoco "navadaño". ¿Por qué? Quizás echo de menos a la persona más importante de mi vida....yo mismo....creo que me he vuelto a perder y necesito reencontrarme para sentirme bien, el problema es que me da miedo que en ese proceso me convierta en un arma y haga daño a la gente de mi alrededor, a la que quiero y aprecio.
Últimamente no soporto a la gente que parece tenerlo todo tan claro, no es envidia, es incredulidad, porque bajo mi punto de vista, hoy por hoy, nadie, puede afirmar que tiene su vida bajo control, ya que la vida es un caballo desbocado que correr libre por una pradera hasta que decide darte una coz y con un poco de suerte deja montarlo por unos minutos.
No sé cuánto tiempo me llevará este proceso de reencuentro, no sé cuántas personas perderé por el camino, solo sé que para que pueda volver a desearos de corazón Falaz Navadaz debo reencontrarme, vivir pensando como hace años, cuando en un hospital y en un cementerio aprendí, hoy es el mejor día de tu vida, mañana lo mismo es tarde.
La vida se empeña en que olvidemos quiénes somos, de dónde venimos y lo más importante, a dónde vamos. Llevo media vida o quizás ya algo más, intentando encontrar esas respuestas y cuando parece que las he encontrado, el maldito destino se empeña en confundirme, desorientarme y olvidar lo aprendido.
Esta Navadaz se me presenta casi sin avisar, quizás el buen tiempo que hace que esto no parezca Diciembre o quizás el ajetreo en el trabajo que dejaré de tener el 17 de Enero no me han hecho aterrizar aún en este tiempo de buenos deseos. O quizás, este año más que nunca no tengo espíritu Navideño y lo más preocupante, tampoco "navadaño". ¿Por qué? Quizás echo de menos a la persona más importante de mi vida....yo mismo....creo que me he vuelto a perder y necesito reencontrarme para sentirme bien, el problema es que me da miedo que en ese proceso me convierta en un arma y haga daño a la gente de mi alrededor, a la que quiero y aprecio.
Últimamente no soporto a la gente que parece tenerlo todo tan claro, no es envidia, es incredulidad, porque bajo mi punto de vista, hoy por hoy, nadie, puede afirmar que tiene su vida bajo control, ya que la vida es un caballo desbocado que correr libre por una pradera hasta que decide darte una coz y con un poco de suerte deja montarlo por unos minutos.
No sé cuánto tiempo me llevará este proceso de reencuentro, no sé cuántas personas perderé por el camino, solo sé que para que pueda volver a desearos de corazón Falaz Navadaz debo reencontrarme, vivir pensando como hace años, cuando en un hospital y en un cementerio aprendí, hoy es el mejor día de tu vida, mañana lo mismo es tarde.
sábado, 12 de diciembre de 2015
La agonía.
Según la RAE la agonía es:
1. f. Angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte.
2. f. Pena o aflicción extremada.
3. f. Angustia o congoja provocadas por conflictos espirituales.
4. f. Ansia o deseo vehemente.
5. f. Lucha, contienda.
Todas estas acepciones se ajustan a lo que últimamente siento ya que:
1. Siento angustia sobre la desafortunadamente que está sufriendo mis padres en sus últimos años de vida y que a la vez, siento como nos están robando la vida a sus hijos.
2. Siento una pena extrema de ver como la vida se me escurre de los dedos, como no soy capaz de encontrar algo que me de fuerzas para luchar.
3. Al mismo tiempo me encuentro en una encrucijada espiritual porque sé que me felicidad está en un aula rodeado de pequeños locos a los que enseñar...
4. .....Lo que se convierte en un deseo vehemente de alcanzar una meta por la que empecé a pelear hace unos años y que hoy, a pesar de poder decir con orgullo que ya he trabajado como maestro, no sé cuanto tiempo más podré decir eso.....
5. .....Por lo que mi lucha no ha hecho más que empezar, cuando justamente menos fuerzas me quedan.
Me siento cansado y a pesar de que intento estudiar, no me concentro como antes; a pesar de dar clases en un colegio, no puedo evitar pensar que en breve se acaba mi sustitución; a pesar de tener cada vez más clases particulares y ayudar a chavales tan desorientados como estaba yo a superarse a sí mismos, a veces me creo que soy un personaje que me he inventado; a pesar de seguir peleando por mis chavales de las 600, pienso que les estoy fallando por mis circunstancias y por la maldita necesidad de ganar dinero.
Supongo que son momentos de incertidumbre, tengo que asumir que quizás mi vida haya sido mediocre o que simplemente no termino de encontrar un camino a la felicidad o que quizás la felicidad no existe, la ha inventado el Corte Inglés para vender luces con las que "apagar" nuestra oscuridad.
No sé muy bien si conseguiré llegar a viejo, tampoco me interesa, solo quiero encontrar una isla en la que perderme y olvidar la angustia de la civilización y el vértigo a vivir de una manera convencional y triste.
No sé cuánto tiempo durará esta agonía, pero dure lo que dure, que me pille con una sonrisilla en la boca, cuando piense, he vivido a mi manera.
lunes, 30 de noviembre de 2015
Y no es pesimismo.
Y no es pesimismo si digo que firmo 60 años con calidad que 100 años con 40 de decrepitud. Sigo en la misma línea de mis últimas publicaciones, llámame egoísta, no me importa, pero empiezo a entender el lema de los rockeros de los años 70 "vive rápido , muere joven". A lo largo de la vida, he tenido varias experiencias que me han hecho recordar la levedad de la vida, lo corto que puede ser el camino, lo innecesario que resulta comerse la cabeza por cosas que no sabes si van a ocurrir o lo estúpido que es llorar por algo que ya no tiene solución.
En estos últimos años he visto tantas cosas incomprensibles que he dejado de preguntarme la razón de todo, he dejado atrás mi actitud curiosa para reemplazarla por una actitud experimentadora, porque me he dado cuenta de que quizás no es cuestión de saber todo sino más bien de disfrutar de aquellos pequeños momentos que puedes compartir con gente especial que aparece a lo largo del camino.
Como te decía antes, llámame egoísta, no me importa, solo sé que no sé nada, solo sé que el camino se hace al andar, que el destino es incierto y que el viaje está lleno de baches. Me he dado cuenta de que solo aquello que tiene que ser, será, que lo que no va a ocurrir, no ocurrirá y que solo lo que acontece, se vive.
La vida es un juego trucado, en el que todos antes o después vamos a perder, por eso el destino nos invita a disfrutar del paisaje que vamos atravesando cuando el reloj avanza inexorablemente. Yo por mi parte solo quiero reír, disfrutar de las distintas musas del arte, la música, el cine....y no pensar en qué ya me quedan menos años para alcanzar la fase de la decrepitud o quizás con un poco de suerte tal y como he empezado diciendo en alcanzar mis 60 y despedirme por la puerta grande.
En estos últimos años he visto tantas cosas incomprensibles que he dejado de preguntarme la razón de todo, he dejado atrás mi actitud curiosa para reemplazarla por una actitud experimentadora, porque me he dado cuenta de que quizás no es cuestión de saber todo sino más bien de disfrutar de aquellos pequeños momentos que puedes compartir con gente especial que aparece a lo largo del camino.
Como te decía antes, llámame egoísta, no me importa, solo sé que no sé nada, solo sé que el camino se hace al andar, que el destino es incierto y que el viaje está lleno de baches. Me he dado cuenta de que solo aquello que tiene que ser, será, que lo que no va a ocurrir, no ocurrirá y que solo lo que acontece, se vive.
La vida es un juego trucado, en el que todos antes o después vamos a perder, por eso el destino nos invita a disfrutar del paisaje que vamos atravesando cuando el reloj avanza inexorablemente. Yo por mi parte solo quiero reír, disfrutar de las distintas musas del arte, la música, el cine....y no pensar en qué ya me quedan menos años para alcanzar la fase de la decrepitud o quizás con un poco de suerte tal y como he empezado diciendo en alcanzar mis 60 y despedirme por la puerta grande.
lunes, 23 de noviembre de 2015
El sentido de la vida.
Hoy me preguntaba una de mis enanas loquitas que no entendía el sentido de la vida. Esta niña de 3º de Primaria, no entiende la razón de nuestro nacimiento si después estamos condenados a la muerte.
Es sorprendente trabajar con niños, porque nunca sabes por dónde te van a salir y sobre todo ante este tipo de preguntas te ves en la tesitura de ser sincero con ellos (algo que siempre intento) y a la vez no traumatizarlos demasiado. Así que allá va mi respuesta (evidentemente con vosotros comparto la versión adulta).
El sentido de la vida es personal, cada uno intentamos justificar nuestra existencia larga o corta en función de unas circunstancias que nos rodean. A veces, algunos pensamos que el sentido de la vida lo da el dinero, la familia, el trabajo o el poder. Otras veces, muchos pensamos que el sentido de la vida se encuentra en no olvidar demasiado al niño que has sido y conseguir mantenerlo vivo en nuestro interior, porque el día que dejas de ser niño estás más cerca de ser un anciano e irremediablemente de la muerte. Otros tantos, no perdemos de vista a la muerte como parte de la vida e intentamos valorar cada pequeño segundo, cada pequeño gesto, cada beso, cada momento de felicidad y placer porque sabemos por experiencia propia que la muerte y la enfermedad te acecha a cada momento.
El acoso al que nos somete la muerte, la enfermedad y el sufrimiento no es negativo, simplemente sirve para recordarnos que los momentos de felicidad y placer merecen ser aprovechados al segundo, porque al final todos llegamos al mismo lado y todos nos llevamos lo mismo.
Quizás la versión que más me gusta, es aquella que señala la importancia de disfrutar la vida, haciendo el mínimo daño posible e intentando ayudar de vez en cuando a los demás. He observado que es lo que hacen los niños, así que supongo que el sentido de la vida se encuentra en pequeños gestos diarios que nos sacan o sacan una sonrisa.
Es sorprendente trabajar con niños, porque nunca sabes por dónde te van a salir y sobre todo ante este tipo de preguntas te ves en la tesitura de ser sincero con ellos (algo que siempre intento) y a la vez no traumatizarlos demasiado. Así que allá va mi respuesta (evidentemente con vosotros comparto la versión adulta).
El sentido de la vida es personal, cada uno intentamos justificar nuestra existencia larga o corta en función de unas circunstancias que nos rodean. A veces, algunos pensamos que el sentido de la vida lo da el dinero, la familia, el trabajo o el poder. Otras veces, muchos pensamos que el sentido de la vida se encuentra en no olvidar demasiado al niño que has sido y conseguir mantenerlo vivo en nuestro interior, porque el día que dejas de ser niño estás más cerca de ser un anciano e irremediablemente de la muerte. Otros tantos, no perdemos de vista a la muerte como parte de la vida e intentamos valorar cada pequeño segundo, cada pequeño gesto, cada beso, cada momento de felicidad y placer porque sabemos por experiencia propia que la muerte y la enfermedad te acecha a cada momento.
El acoso al que nos somete la muerte, la enfermedad y el sufrimiento no es negativo, simplemente sirve para recordarnos que los momentos de felicidad y placer merecen ser aprovechados al segundo, porque al final todos llegamos al mismo lado y todos nos llevamos lo mismo.
Quizás la versión que más me gusta, es aquella que señala la importancia de disfrutar la vida, haciendo el mínimo daño posible e intentando ayudar de vez en cuando a los demás. He observado que es lo que hacen los niños, así que supongo que el sentido de la vida se encuentra en pequeños gestos diarios que nos sacan o sacan una sonrisa.
lunes, 16 de noviembre de 2015
Y si algo pasara.....
Y si algo pasara me gustaría afirmar que he sido feliz, que no me puedo quejar de nada y que no me arrepiento en absoluto de lo vivido.
Si mañana ocurriera algo que me impidiera llevar una vida normal y plena, me gustaría que no alargaran mi camino hacia un lugar en el que seguro que estaré mejor y en compañía de gente que me está esperando ya.
Todos nacemos, todos vivimos, todos amamos, todos lloramos y todos debemos morir. No es que me sienta deprimido, ni me siento derrotado, al contrario, me siento pleno. He conseguido mi sueño de trabajar de maestro en un colegio y saboreo cada día como si fuera el último en el que voy a hacerlo, porque realmente es así, cualquier día puede serlo.
No tengo una plaza que me otorgue esa ansiada estabilidad, pero supongo que algunos nacimos para ser viento y vivir siempre en el camino. Supongo que hay que aprender que la vida se pasa siempre en busca de algo, hasta que comprendes que lo valioso está en el camino y no en el destino. En estos años vividos, he ayudado, he hecho daño, he vivido, todo está hecho, todo queda por hacer pero en general estoy listo para lo que venga.
Si alguna vez te he hecho daño, no me recuerdes con rencor; si alguna vez te he ayudado o amado, recuerdame con cariño porque ese será mi legado y recuerda intenta ayudar a alguien que lo necesite para que la vida no se detenga y algo mío quede en tí, al igual que yo me llevaré allá donde vaya cientos de cosas tuyas.
He intentado aprender de toda la gente que me rodea y sobre todo he intentado aprender de mis errores, siendo el principal de ellos el privarme de cosas que son necesarias para mi equilibrio. Ese ansiado equilibrio que nos asusta tanto perseguir y conseguir, aquel que nos hace estar en paz con uno mismo y con los demás.
No podemos pretender vivir como quieren que vivamos o como nos imponen vivir, tenemos que vivir como creamos que tenemos que hacerlo, no olvides nunca que cuando llegue el momento tendrás que estar en paz contigo mismo.
Si algo mañana pasara me quiero despedir de tí con el abrazo y el beso que te mereces, hasta la vista.
Si mañana ocurriera algo que me impidiera llevar una vida normal y plena, me gustaría que no alargaran mi camino hacia un lugar en el que seguro que estaré mejor y en compañía de gente que me está esperando ya.
Todos nacemos, todos vivimos, todos amamos, todos lloramos y todos debemos morir. No es que me sienta deprimido, ni me siento derrotado, al contrario, me siento pleno. He conseguido mi sueño de trabajar de maestro en un colegio y saboreo cada día como si fuera el último en el que voy a hacerlo, porque realmente es así, cualquier día puede serlo.
No tengo una plaza que me otorgue esa ansiada estabilidad, pero supongo que algunos nacimos para ser viento y vivir siempre en el camino. Supongo que hay que aprender que la vida se pasa siempre en busca de algo, hasta que comprendes que lo valioso está en el camino y no en el destino. En estos años vividos, he ayudado, he hecho daño, he vivido, todo está hecho, todo queda por hacer pero en general estoy listo para lo que venga.
Si alguna vez te he hecho daño, no me recuerdes con rencor; si alguna vez te he ayudado o amado, recuerdame con cariño porque ese será mi legado y recuerda intenta ayudar a alguien que lo necesite para que la vida no se detenga y algo mío quede en tí, al igual que yo me llevaré allá donde vaya cientos de cosas tuyas.
He intentado aprender de toda la gente que me rodea y sobre todo he intentado aprender de mis errores, siendo el principal de ellos el privarme de cosas que son necesarias para mi equilibrio. Ese ansiado equilibrio que nos asusta tanto perseguir y conseguir, aquel que nos hace estar en paz con uno mismo y con los demás.
No podemos pretender vivir como quieren que vivamos o como nos imponen vivir, tenemos que vivir como creamos que tenemos que hacerlo, no olvides nunca que cuando llegue el momento tendrás que estar en paz contigo mismo.
Si algo mañana pasara me quiero despedir de tí con el abrazo y el beso que te mereces, hasta la vista.
lunes, 2 de noviembre de 2015
La huida.
Llega un momento en la vida en el que creo que llevo toda mi vida huyendo. Mucha gente me llamará exagerado, pero es cierto que he tenido que correr como si no hubiera mañana en numerosas ocasiones.
Para determinadas cosas creo que crecí muy rápido, para otras muchas creo que no tanto. Pienso que uno nunca es lo suficientemente maduro para asimilar el dolor que la vida te produce en forma de muerte y enfermedad.
Incluso hoy en día, huyo de ciertas cosas que lamentablemente siempre me acaban de alcanzar, por mucho que corro, el dolor, la soledad y el miedo me acaban alcanzando. La mayor parte del tiempo, me siento orgulloso porque consigo controlar mi parte irracional que se esconde en esos sentimientos, pero en otros me siento vulnerable e indefenso ante una vida que me viene y me golpea.
Afortunadamente, desde hace un tiempo comprendí la levedad de la vida y lo insignificante del espacio y el tiempo porque vivimos de prestado y estamos de paso. Una parte de mí está ansiosa por comprobar lo que hay después de la vida, otra entiende que aún le quedan muchas cosas por hacer aquí.
Supongo que lo único que puedo hacer es seguir huyendo hacia delante, una fuga constante y eterna.
Para determinadas cosas creo que crecí muy rápido, para otras muchas creo que no tanto. Pienso que uno nunca es lo suficientemente maduro para asimilar el dolor que la vida te produce en forma de muerte y enfermedad.
Incluso hoy en día, huyo de ciertas cosas que lamentablemente siempre me acaban de alcanzar, por mucho que corro, el dolor, la soledad y el miedo me acaban alcanzando. La mayor parte del tiempo, me siento orgulloso porque consigo controlar mi parte irracional que se esconde en esos sentimientos, pero en otros me siento vulnerable e indefenso ante una vida que me viene y me golpea.
Afortunadamente, desde hace un tiempo comprendí la levedad de la vida y lo insignificante del espacio y el tiempo porque vivimos de prestado y estamos de paso. Una parte de mí está ansiosa por comprobar lo que hay después de la vida, otra entiende que aún le quedan muchas cosas por hacer aquí.
Supongo que lo único que puedo hacer es seguir huyendo hacia delante, una fuga constante y eterna.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)