lunes, 21 de abril de 2014

Malú y Revólver. El peligro.

La fortuna.

Bajo mi punto de vista, los seres humanos amigos de la fortuna, son aquellos que dan pasos que les acercan a su destino vital, mientras los desafortunados son aquellos que hagan lo que hagan, están condenados al olvido social.

Hoy una persona a la que quiero a pesar de que en muchas ocasiones sus afirmaciones me chirrían, me comentaba que no creía en que todas las personas se merezcan los mismos derechos, ya que no todos parecen tener las mismas obligaciones y como ejemplo me ponía a los gitanos o los inmigrantes.

En ciertos momentos, es fácil caer en ese tópico, pero ¿sabéis qué? a mï personalmente no me gustaría cambiarme por personas que en la mayoría de los casos se ven obligadas a vivir marginadas por la sociedad o por las costumbres de la cultura en la que han crecido.

Evidentemente, todos conocemos casos en los que mucha gente se aprovecha de su estilo de vida para no cumplir con sus obligaciones sociales, pero considero que no se puede generalizar, porque siempre pagan justos por pecadores.

A veces, en la comodidad de nuestra vida, en nuestro aburguesamiento progresivo, olvidamos que hay personas que no han tenido la misma suerte que nosotros al nacer en una familia y en una dimensión social en la que los padres se preocupan hasta la extenuación, dando por hecho de que todo el mundo tiene nuestra situación y nuestras circunstancias.

Yo he tenido la inmensa fortuna de nacer en una familia modelo, que no la cambiaría por ninguna familia de clase alta adinerada, he visto a mis mayores trabajar y apostar por mí, incluso cuando menos lo merecía no me dieron por un caso perdido y hoy a fecha de mí, a pesar de su enfermedad sigo siendo el motivo de su desvelo, por eso intento conseguir un modo de ganarme la vida y llevar una vida que intente abrir puertas a aquellos que se las encuentran cerrada a cada paso que dan.