jueves, 31 de diciembre de 2015

Otro año más, somos los que somos y nadie más.

Lejos de hacer un balance sobre el año que se nos va, quiero compartir con vosotros una reflexión que me viene a la cabeza en estas fechas, somos los que somos y nadie más.

Otro año más, nos sentamos a cenar pocas personas en número pero grandes en calidad. En estos últimos años, la enfermedad y la edad está golpeando a mi familia de una manera cruel y nos hemos dado cuenta de las pocas personas con las que podemos contar.

En esta noche, valoro mucho más a los que siempre están, a los que no se esconden y a los que intentan sumar en lugar de dedicarse a aparentar una falsa amistad o un trato hipócrita.

Un año más, somos los que somos y nadie más.

martes, 29 de diciembre de 2015

El Dios de la buena muerte.

Cuentan que a lo largo de la historia de la humanidad, los soldados se han encomendado al Dios de la buena muerte, esperando misericordia de lo desconocido en esos últimos momentos de agonía. Hace unos años aprendí a implorar por la vida de mis seres queridos, egoístamente quería tenerlos conmigo mucho más tiempo, pero el destino en muchos casos me privó de ellos y en otros casos me ha enseñado que a veces las prorrogas son igual o más dolorosas que los finales anticipados.

No sé que me ocurre en este final de 2015, solo pienso en la tranquilidad que aporta la muerte; para nada estoy pensando en sucidarme ni cosas por el estilo, eso sería cobarde, simplemente pienso que sería genial poder un buen día, no despertar y decir vamos a la siguiente fase, porque en la inmensidad de la noche, siento que mi tiempo aquí se ha pasado.

Siempre he sido una persona rara, de las que necesitan meditar y pensar, ahora me he dado cuenta de que quizás tengo que pensar menos y actuar más, vivir a mi manera y rogar al Dios de la buena muerte que cuando me llame a su lado, sea de la manera más dulce posible y sobre todo menos dolorosa para todos aquellos que me rodean.

En fin, supongo que salvo sorpresa, aún tendréis que aguantarme por aquí algunos años más, supongo que a mi destino todavía le faltan algunas pruebas, así que nos vamos viendo....

Who wants to live forever.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Guide me home (Mercury - Caballe)

El mañana no existe porque no ha llegado.

¿Cuál es tu principal miedo?- Preguntó aquel anciano hombre que empuñaba una raqueta de madera a aquel español que hablaba inglés con acento escocés. Tras pasar unos minutos el español contestó: me da miedo a morir sin que nadie me recuerde. Ralph sonrió y le contestó para que alguien te recuerde tienes que dejar de situar tu miedo en el futuro y vivir tu vida en el presente.

No me han educado para vivir el presente, he vivido siempre para preocuparme del mañana, teniendo miedo, mucho miedo de no hacer lo correcto, del que dirán o de mi mismo que normalmente ha sido el juez más severo al que me he tenido que enfrentar. Ahora, recuerdo las sabias palabras de Ralph, recuerdo las palabras de Lucía a sabiendas de que iba a morir, recuerdo la vida de mi abuela, recuerdo a todos mis amigos que cayeron por culpa de la heroína, recuerdo a aquel niño del cuerno de África que morirá de hambre o sed mientras que desperdiciamos el agua y tiramos la comida....y pienso, aquí-ahora, estoy-soy, mi vida-vida mía......¡Lucha pero ríe! ¡Disfruta y llora! Pero sobre todo disfruta....¿Por qué nos han enseñado solo a padecer? ¿Por qué no disfrutamos de minutos de gloria? ¿De momentos irrepetibles? Si al final será lo único que nos llevemos, al final de los muertos no se acuerda nadie porque andan demasiado ocupados criticando a los vivos.

El tren de la felicidad no pasa dos veces y no tiene los mismos vagones preparados para todos. Cada uno encontramos nuestro hogar en un lugar distinto...pero solo nosotros podemos guiarnos, contestando a la pregunta ¿Cómo puedo continuar?

jueves, 24 de diciembre de 2015

QUEEN - Thank God It's Christmas

Falaz Navadaz

Un año más, ¡falaz Navadaz!, un año más, besos, abrazos, recuerdos, alegrías y nostalgias, pero como diría un buen amigo mío, siempre un día más.

La vida se empeña en que olvidemos quiénes somos, de dónde venimos y lo más importante, a dónde vamos. Llevo media vida o quizás ya algo más, intentando encontrar esas respuestas y cuando parece que las he encontrado, el maldito destino se empeña en confundirme, desorientarme y olvidar lo aprendido.

Esta Navadaz se me presenta casi sin avisar, quizás el buen tiempo que hace que esto no parezca Diciembre o quizás el ajetreo en el trabajo que dejaré de tener el 17 de Enero no me han hecho aterrizar aún en este tiempo de buenos deseos. O quizás, este año más que nunca no tengo espíritu Navideño y lo más preocupante, tampoco "navadaño". ¿Por qué? Quizás echo de menos a la persona más importante de mi vida....yo mismo....creo que me he vuelto a perder y necesito reencontrarme para sentirme bien, el problema es que me da miedo que en ese proceso me convierta en un arma y haga daño a la gente de mi alrededor, a la que quiero y aprecio.

Últimamente no soporto a la gente que parece tenerlo todo tan claro, no es envidia, es incredulidad, porque bajo mi punto de vista, hoy por hoy, nadie, puede afirmar que tiene su vida bajo control, ya que la vida es un caballo desbocado que correr libre por una pradera hasta que decide darte una coz y con un poco de suerte deja montarlo por unos minutos.

No sé cuánto tiempo me llevará este proceso de reencuentro, no sé cuántas personas perderé por el camino, solo sé que para que pueda volver a desearos de corazón Falaz Navadaz debo reencontrarme, vivir pensando como hace años, cuando en un hospital y en un cementerio aprendí, hoy es el mejor día de tu vida, mañana lo mismo es tarde.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Annie Lennox - A Whiter Shade of Pale

La agonía.

Según la RAE la agonía es:

1. f. Angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte.
2. f. Pena o aflicción extremada.
3. f. Angustia o congoja provocadas por conflictos espirituales.
4. f. Ansia o deseo vehemente.
5. f. Lucha, contienda.

Todas estas acepciones se ajustan a lo que últimamente siento ya que:

1. Siento angustia sobre la desafortunadamente que está sufriendo mis padres en sus últimos años de vida y que a la vez, siento como nos están robando la vida a sus hijos.
2. Siento una pena extrema de ver como la vida se me escurre de los dedos, como no soy capaz de encontrar algo que me de fuerzas para luchar.
3. Al mismo tiempo me encuentro en una encrucijada espiritual porque sé que me felicidad está en un aula rodeado de pequeños locos a los que enseñar...
4. .....Lo que se convierte en un deseo vehemente de alcanzar una meta por la que empecé a pelear hace unos años y que hoy, a pesar de poder decir con orgullo que ya he trabajado como maestro, no sé cuanto tiempo más podré decir eso.....
5. .....Por lo que mi lucha no ha hecho más que empezar, cuando justamente menos fuerzas me quedan.

Me siento cansado y a pesar de que intento estudiar, no me concentro como antes; a pesar de dar clases en un colegio, no puedo evitar pensar que en breve se acaba mi sustitución; a pesar de tener cada vez más clases particulares y ayudar a chavales tan desorientados como estaba yo a superarse a sí mismos, a veces me creo que soy un personaje que me he inventado; a pesar de seguir peleando por mis chavales de las 600, pienso que les estoy fallando por mis circunstancias y por la maldita necesidad de ganar dinero.

Supongo que son momentos de incertidumbre, tengo que asumir que quizás mi vida haya sido mediocre o que simplemente no termino de encontrar un camino a la felicidad o que quizás la felicidad no existe, la ha inventado el Corte Inglés para vender luces con las que "apagar" nuestra oscuridad.

No sé muy bien si conseguiré llegar a viejo, tampoco me interesa, solo quiero encontrar una isla en la que perderme y olvidar la angustia de la civilización y el vértigo a vivir de una manera convencional y triste.

No sé cuánto tiempo durará esta agonía, pero dure lo que dure, que me pille con una sonrisilla en la boca, cuando piense, he vivido a mi manera.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Retales de una vida. Celtas cortos.

Y no es pesimismo.

Y no es pesimismo si digo que firmo 60 años con calidad que 100 años con 40 de decrepitud. Sigo en la misma línea de mis últimas publicaciones, llámame egoísta, no me importa, pero empiezo a entender el lema de los rockeros de los años 70 "vive rápido , muere joven". A lo largo de la vida, he tenido varias experiencias que me han hecho recordar la levedad de la vida, lo corto que puede ser el camino, lo innecesario que resulta comerse la cabeza por cosas que no sabes si van a ocurrir o lo estúpido que es llorar por algo que ya no tiene solución.

En estos últimos años he visto tantas cosas incomprensibles que he dejado de preguntarme la razón de todo, he dejado atrás mi actitud curiosa para reemplazarla por una actitud experimentadora, porque me he dado cuenta de que quizás no es cuestión de saber todo sino más bien de disfrutar de aquellos pequeños momentos que puedes compartir con gente especial que aparece a lo largo del camino.

Como te decía antes, llámame egoísta, no me importa, solo sé que no sé nada, solo sé que el camino se hace al andar, que el destino es incierto y que el viaje está lleno de baches. Me he dado cuenta de que solo aquello que tiene que ser, será, que lo que no va a ocurrir, no ocurrirá y que solo lo que acontece, se vive.

La vida es un juego trucado, en el que todos antes o después vamos a perder, por eso el destino nos invita a disfrutar del paisaje que vamos atravesando cuando el reloj avanza inexorablemente. Yo por mi parte solo quiero reír, disfrutar de las distintas musas del arte, la música, el cine....y no pensar en qué ya me quedan menos años para alcanzar la fase de la decrepitud o quizás con un poco de suerte tal y como he empezado diciendo en alcanzar mis 60 y despedirme por la puerta grande.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Adiemus. Enya

El sentido de la vida.

Hoy me preguntaba una de mis enanas loquitas que no entendía el sentido de la vida. Esta niña de 3º de Primaria, no entiende la razón de nuestro nacimiento si después estamos condenados a la muerte.

Es sorprendente trabajar con niños, porque nunca sabes por dónde te van a salir y sobre todo ante este tipo de preguntas te ves en la tesitura de ser sincero con ellos (algo que siempre intento) y a la vez no traumatizarlos demasiado. Así que allá va mi respuesta (evidentemente con vosotros comparto la versión adulta).

El sentido de la vida es personal, cada uno intentamos justificar nuestra existencia larga o corta en función de unas circunstancias que nos rodean. A veces, algunos pensamos que el sentido de la vida lo da el dinero, la familia, el trabajo o el poder. Otras veces, muchos pensamos que el sentido de la vida se encuentra en no olvidar demasiado al niño que has sido y conseguir mantenerlo vivo en nuestro interior, porque el día que dejas de ser niño estás más cerca de ser un anciano e irremediablemente de la muerte. Otros tantos, no perdemos de vista a la muerte como parte de la vida e intentamos valorar cada pequeño segundo, cada pequeño gesto, cada beso, cada momento de felicidad y placer porque sabemos por experiencia propia que la muerte y la enfermedad te acecha a cada momento.

El acoso al que nos somete la muerte, la enfermedad y el sufrimiento no es negativo, simplemente sirve para recordarnos que los momentos de felicidad y placer merecen ser aprovechados al segundo, porque al final todos llegamos al mismo lado y todos nos llevamos lo mismo.

Quizás la versión que más me gusta, es aquella que señala la importancia de disfrutar la vida, haciendo el mínimo daño posible e intentando ayudar de vez en cuando a los demás. He observado que es lo que hacen los niños, así que supongo que el sentido de la vida se encuentra en pequeños gestos diarios que nos sacan o sacan una sonrisa.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Benh Zeitlin -- Once There Was a Hushpuppy

Y si algo pasara.....

Y si algo pasara me gustaría afirmar que he sido feliz, que no me puedo quejar de nada y que no me arrepiento en absoluto de lo vivido.

Si mañana ocurriera algo que me impidiera llevar una vida normal y plena, me gustaría que no alargaran mi camino hacia un lugar en el que seguro que estaré mejor y en compañía de gente que me está esperando ya.

Todos nacemos, todos vivimos, todos amamos, todos lloramos y todos debemos morir. No es que me sienta deprimido, ni me siento derrotado, al contrario, me siento pleno. He conseguido mi sueño de trabajar de maestro en un colegio y saboreo cada día como si fuera el último en el que voy a hacerlo, porque realmente es así, cualquier día puede serlo.

No tengo una plaza que me otorgue esa ansiada estabilidad, pero supongo que algunos nacimos para ser viento y vivir siempre en el camino. Supongo que hay que aprender que la vida se pasa siempre en busca de algo, hasta que comprendes que lo valioso está en el camino y no en el destino. En estos años vividos, he ayudado, he hecho daño, he vivido, todo está hecho, todo queda por hacer pero en general estoy listo para lo que venga.

Si alguna vez te he hecho daño, no me recuerdes con rencor; si alguna vez te he ayudado o amado, recuerdame con cariño porque ese será mi legado y recuerda intenta ayudar a alguien que lo necesite para que la vida no se detenga y algo mío quede en tí, al igual que yo me llevaré allá donde vaya cientos de cosas tuyas.

He intentado aprender de toda la gente que me rodea y sobre todo he intentado aprender de mis errores, siendo el principal de ellos el privarme de cosas que son necesarias para mi equilibrio. Ese ansiado equilibrio que nos asusta tanto perseguir y conseguir, aquel que nos hace estar en paz con uno mismo y con los demás.

No podemos pretender vivir como quieren que vivamos o como nos imponen vivir, tenemos que vivir como creamos que tenemos que hacerlo, no olvides nunca que cuando llegue el momento tendrás que estar en paz contigo mismo.

 Si algo mañana pasara me quiero despedir de tí con el abrazo y el beso que te mereces, hasta la vista.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Tuve que correr. El gran Antonio Vega

La huida.

Llega un momento en la vida en el que creo que llevo toda mi vida huyendo. Mucha gente me llamará exagerado, pero es cierto que he tenido que correr como si no hubiera mañana en numerosas ocasiones.

Para determinadas cosas creo que crecí muy rápido, para otras muchas creo que no tanto. Pienso que uno nunca es lo suficientemente maduro para asimilar el dolor que la vida te produce en forma de muerte y enfermedad.

Incluso hoy en día, huyo de ciertas cosas que lamentablemente siempre me acaban de alcanzar, por mucho que corro, el dolor, la soledad y el miedo me acaban alcanzando. La mayor parte del tiempo, me siento orgulloso porque consigo controlar mi parte irracional que se esconde en esos sentimientos, pero en otros me siento vulnerable e indefenso ante una vida que me viene y me golpea.

Afortunadamente, desde hace un tiempo comprendí la levedad de la vida y lo insignificante del espacio y el tiempo porque vivimos de prestado y estamos de paso. Una parte de mí está ansiosa por comprobar lo que hay después de la vida, otra entiende que aún le quedan muchas cosas por hacer aquí.

Supongo que lo único que puedo hacer es seguir huyendo hacia delante, una fuga constante y eterna.

sábado, 17 de octubre de 2015

La vida es un vals. Diego Torres

El escondite del alma.

Muchas veces escondemos lo más profundo de nuestro alma porque no queremos volver a sufrir desilusiones pasadas o simplemente porque ante situaciones que se escapan de nuestro entendimiento queremos parecer fuertes.

Otras veces, es el propio alma la que busca refugio en un nido de almas al que llamamos grupo de amigos y familia; lamentablemente estos refugios no son permanentes y antes o después, nuestra alma vuelve a vagar por senderos de soledad.

Últimamente vuelvo a vivir en soledad aunque esté rodeado de gente. Nadie parece entenderme, nada parece consolarme y solo me apetece gritar lo cansado que estoy de la vida. Me da pena reconocer esto, porque la verdad es que no me puedo quejar, con altibajos parece que todo va saliendo pero me aterra comprobar el final de ciclo que lleva ocurriendo en mi familia desde hace años y sobre todo me aterra comprobar las cosas que no puedo hacer aunque quiera y que seguramente jamás haga.

¿Será una crisis de los cuarenta adelantada? No tengo ni idea, aunque no creo mucho en crisis marcadas por la edad pero sí, creo, en crisis marcadas por la existencia. Siempre me han considerado mis amigos una persona fuerte, un tipo decidido que ha hecho las cosas cómo ha querido y lo qué ha querido, pero para nada me considero así.

Supongo que lo único que puedo hacer es seguir caminando, seguir avanzando, disfrutar de las pequeñas cosas de la vida y el tiempo dirá.

martes, 13 de octubre de 2015

One more time....show must go on.....

Hay dolores y dolores.

Hay dolores que machacan el cuerpo y hay dolores que destrozan un alma. A lo largo de la vida, todos aguantamos dolores de ambos tipos, siendo los segundos, los más difíciles de soportar.

Cuando miro atrás, comprendo todo lo que he pasado y cuando mira hacia delante, no puedo evitar pensar lo que me espera con angustia. Nadie está preparado para un futuro que no sabe si llegará, es por ello que debemos aguantar el tipo y saborear el presente, sin muchas esperanzas en vivir en futuro incierto y que en el mejor de los casos estará lleno de ausencias.

Ausencia de nuestros padres, ausencia de algunos de nuestros amigos y sobre todo...ausencia de nuestra juventud, que se nos escurre por las manos sin poder remediarlo. Añoro todos los días la juventud perdida, en la que los problemas parecían pequeños, en los que el perdón se pedía y concedía con un beso sincero, en los que la inocencia ocupaba el lugar principal que nunca debió abandonar.

Más allá de la vida, no sé si existe un cielo, no sé si existe un infierno, pero de lo que estoy seguro que en estos 38 años los he visitado varias veces aquí. Por otra parte, sí creo en los demonios y en los ángeles, ya que he visto demasiados ejerciendo cada uno su papel en esta pequeña obra de teatro que es la vida.

Corren tiempos duros, pero como ya he dicho más de una vez. el show debe continuar hasta que caiga el telón......

miércoles, 30 de septiembre de 2015

More than words. Extreme

Los hechos son palabras verdaderas.

Con el tiempo he aprendido que los hechos son palabras verdaderas y que las verdaderas lecciones magistrales son aquellas que se dan con ejemplo de vida y coherencia.

Hoy en día, la gente, suele abandonar sus principios a las primera de cambio, detestan cumplir su palabra si ello implica perder 20 euros. Aquellos mismos euros que gastaran gustosos en cualquier banalidad con la que consideran que están comprando felicidad. Lamentablemente para ellos, he de recordarles que la felicidad no se compra, sino que se adquiere.

¿Cómo adquirir felicidad? Sencillamente haciendo cosas que te hacen feliz y que curiosamente, son cosas que implican un beneficio para gente que lo necesita. Muchas personas no comprenden que la vida es demasiado corta como para dejar a medio acciones que te aportan serenidad al alma.

Desde hace algún tiempo, he volcado mi energía en apostar por chicos y chicas por los que nadie suele apostar y la verdad, es lo mejor que he hecho en mi vida. Por supuesto que me pesa la incertidumbre económica pero es un peso liviano comparado con la riqueza que ellos aportan a mi alma.

Me encanta verles crecer, aprender, esforzarse y ser cada día mejores personas. Por supuesto, esto no es mérito mío, es mérito suyo y de la asociación que les presta ese apoyo fundamental, pero permitirme que egoístamente, me sienta un poco partícipe de sus triunfos y fracasos.

Por último, me gustaría recordar el principio de este texto; no puedes pretender enseñar con palabras lo que no seas capaz de transmitir con hechos.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Dónde estabas en los malos tiempos? La unión.

La estupidez humana.

Conforme me hago mayor, me doy cuenta de que Einstein tenía razón al afirmar que solo existen dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, no estando seguro de la primera de ellas. Tras cinco años que parecen diez de lucha contra el Alzheimer de mi madre, me he dado cuenta de los que son realmente amigos y familiares.

Como resultado de esta realidad, me ha sorprendido el modo en el que algunas personas me han dado la espalda o como otras solo se les ocurre preguntarme la razón por la que ya salgo menos o por la que apenas me río como antes.

El Alzheimer es una enfermedad demoledora para la familia del enfermo por una razón obvia, despide a su ser querido constantemente a lo largo de muchos años. Además en las primeras fases hay que luchar contra la desorientación, la falta del reconocimiento del enfermo y la ansiedad con la que vive, que desgraciadamente, se acaba convirtiendo en la ansiedad del cuidador.

El cuidador no sale como antes con sus amigos porque el tiempo libre que tiene lo dedica al enfermo; el cuidador no sonríe porque está agotado físicamente y psicológicamente de llevar una guerra que sabe de antemano perdida; el cuidador no le ve sentido a la vida porque ve a sus mayores morir de una de las maneras más injustas posibles; el cuidador no te manda a tomar por saco porque tiene más vergüenza que tú.

El cuidador se siente solo porque sabe que nadie va a venir a limpiar los meados de su madre o nadie va a venir a tranquilizarla cuando se pone agresiva porque está desorientada. El cuidador se ha acostumbrado a no contar con nadie y solo afirma lo siguiente....arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Hipocresía. Rubén Blades.

La solidaridad.

Vaya por delante que me apena terriblemente la situación que están viviendo miles de personas alrededor del planeta y que si me conoces un poco, sabes que me aterra ver el modo en el que nuestro maldito mundo no termina de evolucionar y siguen existiendo y creciendo las desigualdades entre hermanos.

Ahora bien, el motivo de esta entrada es el siguiente. Conozco a cientos de personas que ahora mismo escriben parrafadas sobre la crisis de los refugiados sirios, el terremoto de Nepal (aunque bueno, eso ya no está de moda) o los casos de Ébola en África (casualmente olvidados desde hace un tiempo también)....el caso que muchas de esas personas tienen situaciones en las que podían demostrar compromiso con sus allegados más cercanos.

¿Cómo puedes ser solidario con un anciano sirio si tienes a tus padres olvidados en su casa combatiendo enfermedades como el Alzheimer? ¿Cómo puedes condenar el dolor de un niño sirio cuando en tu ciudad tienes niños que necesitan una palabra de ánimo para salir de su barrio marginal? La solidaridad empieza por uno mismo, sigue por tu entorno y acaba con toda la humanidad.

No puedes vender consejos sobre equilibrio, cuando eres el primer desequilibrado. No debes dar consejos sobre la vida si no puedes manejar la tuya.

Yo no pretendo ser ninguna clase de gurú espiritual, no quiero caer en el error de decirle a la gente lo que tiene que decir o pensar....pero simplemente uso este pequeño blog para plasmar mis inquietudes. Seguro que alguna persona que lea esto se dará por aludida, en vez de cabrearse, le recomiendo que haga lo que yo hago muchas veces, un análisis de conciencia y actuación, para descubrir el verdadero sentido de la solidaridad.

No puedes vaciar el agua del mar con un cubo y una pala, pero si puedes empezar por echar fuera el agua de tu casa y tapar alguna que otra gotera.


jueves, 3 de septiembre de 2015

Vuelta al mundo de los vivos.

Supongo que a lo largo de la vida, intentamos olvidar quiénes somos para de ese modo, dejar de sufrir al comprobar que no seremos aquello que queremos ser con toda nuestra alma. Del mismo modo, considero que la vida es una búsqueda llena de cambios condicionados por circunstancias que se escapan de nuestro control. Afortunadamente o lamentablemente, hay de una cosa que no podemos escapar...nosotros mismos. Antes o después vuelves a encontrarte con tu fiera interior, que con sus afiladas fauces te obliga a volver a ser esa persona que siempre has sido.

Ese es mi caso. Después de un año semisabático en lo que a reflexión se refiere, he decidido que es el momento de volver a la senda del coco pensante. Claramente, no digerí demasiado bien los últimos cambios que se han producido en mi vida en los últimos años, pero creo que ahora he comenzado a hacer la digestión de nuevo.

Creo que Woodman, aquel hombre de madera que se prometió que nada le afectaría como a Pinocho, ha vuelto, prometiéndose de nuevo que sus sentimientos, no lo iban a condicionar porque como bien sabes amigo lector "too much love we kill you....".

lunes, 16 de febrero de 2015

Acuarela. Seguridad social.

Se acabó.

Hoy termina un sueño que comenzó hace 6 años. Lo siento por todos los que habéis creído en mí, os quiero dar las gracias por vuestra incondicional ayuda pero hoy sé a ciencia cierta que se cierra un camino en mi vida que no volverá.

Me entristece profundamente haberme dado cuenta de que es demasiado tarde para seguir luchando, me siento cansado física y psicológicamente, necesito recuperarme y volverme a sentir la persona que siempre he sido.

Es una pena que haya reaccionado tan tarde porque de verdad, creo que valgo para este trabajo y este mundo...quizás en mi próxima vida escarmiente y comience mi camino mucho antes, la próxima vez será.

Me he dado cuenta de algo que había olvidado, la vida es una jungla en la que cientos de animales salvajes están dispuestos a devorarte, pero los "animales humanos" al contrario que los otros, te devoran por mera diversión.

Estoy bastante tocado y herido, he perdido tiempo y dinero, sobre todo lo primero es lo que más me molesta porque como digo siempre el tiempo es lo más valioso y lo único que no vuelve.

Voy a echar de menos el olor a tiza de la mañana, el paisaje llano, el sol rompiendo la oscuridad en la mañana y sobre todo a tantos y tantos "locos bajitos" de los que tengo tanto que aprender cada día, porque siempre diré lo mismo son niños, pero no son tontos.

En fin, hoy se abre una nueva etapa de vida, más incierta que nunca, pero supongo que sobreviviré porque tengo muchos ángeles de la guardia que velan por mí desde allá arriba.

domingo, 18 de enero de 2015

Dentro de tí.

Hay momentos en la vida en la que te das cuenta de que estás totalmente atrapado por la ciudad en la que vives. Supongo que 37 años son muchos para cambiar y empezar una nueva vida lejos de toda la gente que quieres y de las calles que te han visto crecer y desde hace unos años comencé un camino que te lleva a eso.

Afortunadamente o desgraciadamente, me he dado cuenta de que no me quiero ir. Prefiero morir de hambre, cerca de mis recuerdos, que comer caviar lejos de ellos. No lo puedo evitar, estoy enamorado de mi ciudad, de sus gentes y de mi familia.

Lo único que me da pena es no poder congelar el tiempo, permanecer siempre junto a mis seres queridos y agarrarme a ellos para que no se vayan, sé que es ley de vida, pero me da mucha pena, los voy a echar de menos hasta que nos volvamos a ver.

No me compensa convertirme profesionalmente en otra cosa, si eso supongo perderme el partido de tenis de los domingos con mi hermana o las películas de la filmoteca con mi pitufina o los días del somordo con mis locos. Supongo que aquí nací y aquí quiero quedarme.

Me da miedo el futuro, supongo que en una ciudad tan pequeña será difícil encontrar un poco de aire y respirar, pero sé que en esta batalla no estoy solo, tengo a las mejores personas que puedo tener detrás de mí, siempre empujando, siempre apoyando, siempre eternos...

Cada calle de Albacete es un pedazo de mi vida, lo he comprendido ahora, llega un momento en el que no puedes desprenderte de tu piel porque te arrancarías el corazón.

lunes, 5 de enero de 2015

Dying young. Kenny G.

La pura realidad.

La pura realidad es que el tiempo es relativo. Nadie sabríamos a ciencia cierta delimitar en minutos, horas o años los momentos en los que hemos sentido felicidad completa. Por otro lado, del mismo modo tampoco podemos contabilizar de manera exacta el tiempo en el que nuestra alma ha sufrido un dolor tan profundo como el océano.

Mi madre padece Alzehimer desde hace 4 años, su deterioro cognitivo y físico es evidente conforme pasa cada día y a pesar de ellos, hay momentos en los que su enfermedad nos proporciona momentos de alegría, aunque evidentemente, son muchos más los momentos en los que la sombra de la tristeza se dibuja en nuestra cara.

En un primer momento, pensé en escribir un pequeño diario con el desarrollo de la enfermedad (mucha gente lo ha hecho y dicen que es una gran ayuda tanto para los propios afectados como para otras personas), pero decidí no hacerlo.

Tomé la decisión, porque me negué a contabilizar el tiempo, a resumir lo bueno y lo malo de nuestro día a día en un anecdotario, ya que si algo aprendí de mis años más oscuros, es que nunca más quiero volver a pensar que he desperdiciado llorando x años o que tuve y años de felicidad ininterrumpida

Cuando nos empeñamos en atrapar el tiempo en un reloj, cae sobre nosotros la maldición de la ansiedad y de las prisas. De repente, nos urge encontrar el amor y la felicidad completa, sin darnos cuenta de que es una quimera, ya que solo podemos aspirar a encontrar pequeños momentos y espacios en los que afirmar que hemos amado y hemos reído con todo el corazón.

Algún día, todos moriremos, en mejores o peores condiciones, dejando un legado a los demás o sin dejar nada, incluso algunos como mi pobre madre sin apenas recuerdos de su familia cercana, pero bajo mi punto de vista, la clave está en dejar en cada momento tu esencia en todo lo que haces.