domingo, 20 de marzo de 2016

Me iré siendo siempre joven y cuando toque.

Despedida definitiva.

Tras unos duros años en los que he tenido que compaginar trabajo, estudios y otras terribles obligaciones, mi cabeza ha dicho basta. Mucha gente que me quiere lleva tiempo diciéndome que vaya al médico y yo, terco de mí, siempre me he negado. Hace un par de semanas, después de asustarme de mí mismo por una serie de cosas, decidí hacerlo.

Tal y como sospechaba, algo no funciona bien en mi cabeza, mi cuerpo no produce una hormona llamada sertralina, relacionada con las transmisiones neuronales, el estado de ánimo y el comportamiento paranóico y esquizofrénico. Eso explica muchas cosas....no recordar donde aparcaba, no poder concentrarme al estudiar, escribir o decir una palabra intentando escribir otra, ver fantasmas en cualquier sitio, no poder dormir bien etc...

Me han puesto un tratamiento para intentar equilibrar mi cerebro, para ver si así consigo serenar el alma, pero el médico me ha dicho que es posible que en un futuro padezca algún tipo de demencia. Tras ver los estragos que el Alzheimer está haciendo en mi madre y en mi familia, he decidido que no quiero pasar por eso. Quedan algunos años, pero sé que antes o después voy a acabar con mi vida, no quiero verme en el estado que está ella y además no quiero ser una carga para nadie.

Hace unos meses tomé la decisión de no meter a nadie en mi vida, aún así, aparecen personas a las que no les puedes negar el acceso, te necesitan, te ayudan, te dan alegrías....pero ahora sí, he decidido que no quiero amargar a nadie nunca más, quiero vivir una vida de soledad y olvido. Cuidar de mis padres, de mis niños a los que doy clase, intentar antes de que sea tarde volver a trabajar en un colegio para dejar algo mío en este mundo lleno de hipocresía y falsedad.

No quiero dejar un recuerdo malo, la gente que me conoce sabe que no soy mala persona, sabe que he cometido mis errores, no me arrepiento de ellos, no quiero disculparme por no haber estudiado en su día, por haber tratado mal a mis padres, por haber tomado el camino fácil en muchas ocasiones; todo esto creo que lo he rectificado en estos últimos años, creo que he pagado con creces mi deuda, aunque lamentablemente, estos últimos meses veía todo eso peligrar y parece que me he quedado en números rojos de nuevo.

Tengo un último reto ante mí, volver al colegio, examinarme en Junio y como decía en otras entradas, preparar y llorar dos mortajas. Esto no es un aviso de suicidio como parecía anteriormente o como intenté el año pasado, para nada... Estoy dispuesto a luchar hasta el final, para eso me quedan muchos años (espero), pero cuando note que mi cabeza no rige, cuando el tratamiento que me han mandado (que por cierto, es parecido a lo que toma mi madre) no funcione, tranquilamente y en paz, intentaré irme de un modo en el que no haga ruido y que mis órganos se puedan aprovechar.

A partir de ahora, intentaré llevar una vida plena y equilibrada, acepto lo que me toca, eso sí, me vais a disculpar que no escriba por aquí más, este blog es una etapa de mi vida que debo dejar atrás, solo espero de verdad, que me perdonéis por lo que os he podido hacer en estos últimos meses a la gente que he herido, simplemente ya sabéis que no era yo.

Se despide, con el más grande de los abrazos, ese ogro que os añora cada día, pero que sabe que ha tomado la decisión correcta, porque tiene asumido que la luna gúia las almas confundidas y mi alma hace tiempo que perdió el norte.

viernes, 11 de marzo de 2016

El arte de morir.



A lo largo de mi vida he aprendido que uno tiene que estar preparado para la muerte. Tener todas las cuentas saldadas y el equipaje listo para embarcar. A esta forma de pensar la llamo el arte de morir.
                A muchos la muerte les asusta, les llena de pavor pensar en que no van a poder disfrutando de una vida que creen plena; en mi caso, aprendí hace algunos años en un hospital que la vida es una experiencia pasajera y que la muerte es definitiva, ya que quieras o no quieras, joven o anciano, sano o enfermo, siempre te alcanza.
                No me asusta dejar este mundo atrás y reunirme con algunas personas que se han ido antes que yo, simplemente sé, que antes, tengo que resolver unos pequeños flecos. Tengo que llorar a mis padres y presentarme a una oposición tal y como le prometí  a quizás la única persona que he amado. Después de eso, seré libre, habré cumplido lo acordado y estaré preparado.
                Esto no es una carta de despedida, ni un aviso de suicido, simplemente es la reflexión de una persona privilegiada a la que la vida le ha dado tanto que al mismo tiempo,  le ha ido robando personas y momentos importantes. Estos últimos años de decrepitud de mis padres, me han hecho darme cuenta de lo importante que es morirse bien, no haciendo daño a nadie, dejando atrás un buen recuerdo y lo más importante en paz con uno mismo.
                Últimamente solo encuentro personas que intentan desequilibrar mi frágil equilibrio, cuando me conocen se empeñan en hacerme ver lo equivocado que estoy por pensar en la muerte como un último acto de redención, siempre les digo lo mismo, deberías ponerte en mis zapatos una semana antes de opinar.
                Supongo que aún me queda tiempo para cuestionarme el modo y la manera en la que antes o después me iré, pero no me agobia, aún tengo asuntos pendientes para honrar al arte de morir.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Yo no.

En proceso de autodestrucción.

Últimamente no escribo mucho por aquí ya que ando muy ocupado preparando mi último acto de redención. En junio para bien o para mal, realizaré mi último acto de redención. Habré devuelto aquello que mucha gente me ha dado su confianza y apoyo para intentar cambiar de vida, les debo este último esfuerzo. Después todo habrá terminado de una manera u otra.

Llevo un tiempo, sacando de mi vida a golpes a la gente que más me importa porque no quiero que sean testigos directos de mi autodestrucción. Ahora mismo solo me apetece estar solo y centrarme en la línea de meta, junio. Después, la suerte estará echada.

No me apetece que nadie me compadezca, no me apetece que nadie se preste a ayudarme, ni que nadie se apiade de mí. Si alguien me conoce un poco, sabe que so no va conmigo. Prefiero quedar como un ogro que eso.

Supongo que mucha gente no me entenderá, otra muchísima ni se percatará de lo que realmente pasa y a la inmensa mayoría les será indiferente, pero es lo que hay. He aprendido a vivir con este dolor que se lleva en el alma cuando ves que todo lo que has amado antes o después ha volado, cuando no encuentras tu lugar en un mundo al que sientes no pertenecer, al que detestas y el que se empeña una y otra vez en demostrarte lo mierda que eres.

Dicen que soy duro, que aguanto mucho, justamente comportarme así es una muestra de dureza más, no quiero nadie a mi lado que recoja mis pedazos o que me recuerde, quiero irme igual que vine, solo y desnudo, pero antes me queda junio y dos entierros...mientras tanto seguiré con el proceso de autodestrucción, así que por si acaso, mejor no te acerques a mí.

domingo, 31 de enero de 2016

Motivación.

No me rindo.

No he llegado hasta aquí para decir no puedo. No he llegado hasta aquí para ponerme excusas. No he llegado hasta aquí para dejarme tumbar sin ni siquiera sonar la campana. Mirando en mi interior, he comprendido que ha llegado la hora de la verdad. De pensar en mí, de quitarme el miedo, de superar barreras que yo mismo me he creado, apretar los dientes y darlo todo por conseguir un sueño.

Me he demostrado a mí mismo, que puede que no tenga la mejor caligrafía del mundo, puede que mi cabeza ya no funcione como antes, puede que sea demasiado viejo para aprobar una oposición, que para algunos sea un listillo, pero ¿sabéis qué? Si me quieren tumbar van a tener que pegar fuerte e incluso si me tumban, voy a volver a levantarme, a rehacerme, a sobrevivir como he hecho hasta ahora, a pelear más duro y hacerles ver lo equivocados que están.

Puedo ser un gran maestro, de los mejores, simplemente porque adoro la enseñanza, adoro ver cómo mis alumnos mejoran cada día y ansío ver su progresión y que algún día a no muy tardar, sean mejores que yo.

Motivación a tope, Junio allá voy, prepárate.

lunes, 11 de enero de 2016

Acuarela. Toquinho

La fuerza interior.

Algunas personas dicen encontrar su fuerza interior en su familia o amigos. Para ellos, su entorno es el motor que le aporta la energía necesaria para continuar. Me alegro por ellos, pero la verdad es que otras personas esa fuerza interior solo la encontramos en momentos en los que sentimos en los momentos en los cuales la hiel, te deja en la boca, un gusto amargo a soledad y desesperación.

Algunos hemos nacido para estar solos, no queremos herir a nadie que nos ame porque entendemos que la vida es un ciclo, uno corto, que antes o después acaba y no queremos dejar un legado de recuerdo y nostalgia.

En estos últimos años, observo como todo mi mundo se viene a bajo y hasta hace poco, lo único que hacia era lamentarme y llorar en algún hombro. Eso no me ha hecho bien, poco a poco, me he vuelto una persona miedosa y ese miedo me estaba paralizando.

Es cierto que en el fondo tengo miedo a perder a la gente que quiero. Es verdad que en el fondo me aterra estar solo. Pero también es verdad, que en la soledad se encuentra mi fuerza interior y en este momento necesito ser muy fuerte para afrontar todo lo que me viene.