jueves, 15 de marzo de 2012

La naturaleza humana.

Es increíble ver como a lo largo de la historia el ser humano no cambia en algunos aspectos a pesar de la evolución de la especie.

Uno de estos aspectos es la envidia al prójimo, sobre todo si el prójimo consigue todo a base de esfuerzo hay que intentar menospreciar dicho esfuerzo dando por hecho de que lo que ha conseguido es un golpe de suerte o como consecuencia de alguna pillería.

Así es un porcentaje muy amplio de la sociedad, que en lugar de esforzarse por superarse a sí mismos, se dedica a bostezar tumbado en un sofá criticando el esfuerzo de los demás, eso sí a la hora de reclamar privilegios son los primeros en la cola.

Bajo mi punto de vista, este problema como otros tantos, tiene su origen en la educación tanto informal como formal. Por un lado muchos padres educan a sus hijos en la cultura de menospreciar el esfuerzo y aún más, en criticarlo. Para más inri en estos últimos años la escuela hace más de lo mismo.

Es más popular aquel que presume de utilizar chuletas que aquel que se esfuerza, aceptando el criterio arbitrario en muchas ocasiones de un profesor. Por no hablar de los que piensan que todo en la vida se consigue haciendo la pelota, no dándose cuenta de que quizás los más pelotas son ellos, ya sabéis ven la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

Lo gracioso es que rápidamente se nos llena la boca con el progreso de otras culturas europeas, Finlandia meca de la educación, Alemania gran sueldo de los trabajadores y empresas potentes etc... pero no nos paramos a pensar que las sociedades la forman los sujetos, habría que ver cómo son los empresarios y trabajadores en Alemania o cómo son los maestros y alumnos en Finlandia.

En lugar de criticar por criticar ¿por qué no nos dedicamos a esforzarnos un poco cada día más? La respuesta es fácil...criticar cuesta menos esfuerzo.

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