martes, 17 de junio de 2014

Cogiendo aire.

Incluso en estos últimos años en los que he sufrido muchos contratiempos, he sido capaz de encontrar un poco de aire en dos de mis pasiones, la música y la escritura.

A este respecto, he de decir que escribir me ha servido para espantar los demonios internos que acechaban en las sombras y la música me ha ayudado a encontrar el valor para enfrentarme a situaciones a las cuales, pensaba que jamás sería capaz de vencer.

Numerosas canciones han acompañado mis victorias y mis derrotas, sin darme cuenta hasta ahora, que las derrotas son menos dolorosas si eres capaz de luchar con todas las ganas porque justamente ahí radica la grandeza de los héroes, en saber levantarse y sonreír.

Descubrí hace años en un hospital lo efímero de la vida y del amor, me prometí hacer cosas que no había hecho antes y elegir el tipo de vida que querría llevar, para cuando la muerte me llevará a la otra vida, irme con la sensación de haber vivido.

Aprendí que no todo el mundo tiene la suerte de elegir el tipo de vida que quiere llevar o ser la persona que quiere ser; desgraciadamente también la vida me enseñó que hay personas que jamás se encontraran y siempre culparan a los demás de no hacerlo.

Me reencontré con el placer de devorar un libro, de demostrarme a mi mismo de lo que era capaz y gracias a ello, hace unos días, descubrí las lágrimas de orgullo de mi padre después de vivir el día más feliz de mi vida.

Lo que pase mañana, mañana se verá, sólo sé que quiero seguir descubriendo el verano fugaz que ya se nos va o el color de esa flor que se marchitará.

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