viernes, 28 de noviembre de 2014

A mis muchachos y muchachas de la Fundación.

Nadie escarmienta en cabeza ajena, todos necesitamos tropezar con algunas piedras en nuestro camino para aprender. Sería ingenuo pensar que aprender significa sentarse ante una pizarra o un libro para aguantar al pesado de turno explicaros el presente continuo o qué es el sujeto o predicado, sin tener en cuenta que en la vida hay aprendizajes que condicionan los demás.

Amigos míos y amigas mías, la vida es un aprendizaje, quizás ahora que estáis empezando a dejar atrás vuestra infancia, comenzaréis a sentiros raros y desorientados; tranquilos es normal, todos y todas hemos pasado por ahí. Solo os puedo repetir las palabras que os digo siempre, es vuestra vida, son vuestras cartas, jugar bien vuestra mano y no cometer errores de esos, de los que uno se arrepiente toda la vida.

El objetivo de estudiar, no es otro que adquirir dignidad para poder vivir, porque os quiero decir que sin dignidad, la vida es mucho más complicada.

A lo largo de la vida, os vais a encontrar personas que os critiquen por ser gitanos, payos, altos, bajos, calvos o cualquier otra cosa con la que ellos piensen que os pueden hacer daño. No hacer caso, el secreto está en que os conozcáis a vosotros mismos. Pero algo peor que esas personas, es el tiempo perdido; el cual actúa como un juez impacable, día que pierdes, día que no vuelve y te aleja del camino.

El conocimiento de uno mismo, ayuda a buscar una meta personal que solo vosotros podéis descubrir y que generalmente coincide con la felicidad o ¿es que no queréis ser felices?.

Al descubrir esa meta, apretad los dientes y pelead por ella con todas vuestras ganas, sabéis que no estáis solos en el camino y que en cualquier cosa que cualquiera de los profes os podamos ayudar, lo haremos encantado.

No hay comentarios: