domingo, 18 de enero de 2015

Dentro de tí.

Hay momentos en la vida en la que te das cuenta de que estás totalmente atrapado por la ciudad en la que vives. Supongo que 37 años son muchos para cambiar y empezar una nueva vida lejos de toda la gente que quieres y de las calles que te han visto crecer y desde hace unos años comencé un camino que te lleva a eso.

Afortunadamente o desgraciadamente, me he dado cuenta de que no me quiero ir. Prefiero morir de hambre, cerca de mis recuerdos, que comer caviar lejos de ellos. No lo puedo evitar, estoy enamorado de mi ciudad, de sus gentes y de mi familia.

Lo único que me da pena es no poder congelar el tiempo, permanecer siempre junto a mis seres queridos y agarrarme a ellos para que no se vayan, sé que es ley de vida, pero me da mucha pena, los voy a echar de menos hasta que nos volvamos a ver.

No me compensa convertirme profesionalmente en otra cosa, si eso supongo perderme el partido de tenis de los domingos con mi hermana o las películas de la filmoteca con mi pitufina o los días del somordo con mis locos. Supongo que aquí nací y aquí quiero quedarme.

Me da miedo el futuro, supongo que en una ciudad tan pequeña será difícil encontrar un poco de aire y respirar, pero sé que en esta batalla no estoy solo, tengo a las mejores personas que puedo tener detrás de mí, siempre empujando, siempre apoyando, siempre eternos...

Cada calle de Albacete es un pedazo de mi vida, lo he comprendido ahora, llega un momento en el que no puedes desprenderte de tu piel porque te arrancarías el corazón.

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