miércoles, 1 de mayo de 2013

La belleza.

Nunca me he considerado un tipo guapo, no tengo buen tipo, no tengo ojos azules grandes como faros y desde hace algunos años gracias a la maldita depresión no tengo ni un pelo de listo ni de tonto...pero a pesar de ello, sin saber muy bien la razón tengo cierto gancho.

La verdad es que supongo que en ocasiones pienso que el alcohol ayuda a ver la belleza en los lugares más insospechados o que quizás la oscuridad de un garito donde nunca me gustó conocer gente es una buena cómplice (Sobre todo para que no brille la calva).

Aunque por otro lado, supongo que hay gente que al igual que hago yo, sabe ver un poco más allá de la mera apariencia física porque sin ánimo de ser pretencioso, soy mucho más guapo cuando no me siento feo. Evidentemente, tal y como he expuesto anteriormente no soy Brad Pitt pero lo mejor de mí, como buen ogro se esconde tras capas y capas de un aspecto superficial poco agradable.

Esta tarde me han dicho que era guapo, no sabía bien que contestar, no es una cosa que me haya pasado muchas veces, así que simplemente he dado las gracias y he contestado que no me gustaba conocer gente en los bares de copas, ya sabéis esos sitios donde todos los gatos son pardos y donde al salir de ellos las princesas se convierten en calabaza y los príncipes en rana.

La belleza es un don o una maldición en virtud de la inteligencia del depositario; Yo por mi parte prefiero seguir siendo feo y feliz.

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