jueves, 21 de noviembre de 2013

Amigos sin fronteras.

Hoy he tenido noticias de dos buenos amigos brasileños que hace un tiempo decidieron regresar a su país tras vivir un tiempo en España. Son dos grandes personas y me alegro por ellos, se merecen que las cosas les vayan bien, han trabajado duro para conseguirlo.

Me he dado cuenta de la suerte que tengo, tengo amigos repartidos por todo el mundo desde el loco futbolero uruguayo hasta mi loca amiga griega (evidentemente loca en el buen sentido), pasando por mis amigos griegos, turcos, filipinos, alemanes, marroquíes, franceses, ingleses etc. No son simples amigos de facebook, son amigos de carne y hueso, con los que he compartido sonrisas y lágrimas, gente buena que un día el destino puso en mi camino para hacerme ver la grandeza del ser humano.

Gracias a ellos, he aprendido que el corazón trasciende las fronteras, que todos somos hijos de Dios o de las estrellas (a gusto del consumidor) y que buscamos un futuro en esta selva que es la vida.

Me alegro de haber cambiado en su día y convertirme en la persona social y al servicio de los demás en la que me convertí, abandonar mi orgullo y mi ego, me ha servido para crecer y aprender de mis errores; solo espero que de los próximos errores también pueda volver a aprender, al igual que de todos los amigos nuevos que aparecerán en mi vida.

Gracias amigos por ser tan grandes y como os digo siempre, aunque no hablemos lo que deberíamos, un trocito vuestro viaja conmigo en la aventura de la vida.

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