martes, 24 de mayo de 2011

Obras incompletas.

Nuestra vida es el resultado de nuestras experiencias pasadas y de nuestras expectativas futuras.

Cuando eramos pequeños imaginábamos cómo sería nuestra vida de adultos, sobre nuestro futuro trabajo y nuestra vida sin darnos cuenta de que la vida normalmente no es como uno espera que sea.

Siempre pasa algo que hace que la vida cambie casi totalmente y no todo el mundo está preparado para esos cambios, a veces esos cambios nos desbordan.

En otros casos somos víctimas del destino de otras personas que nos rodean y nos influyen con su comportamiento, nos etiquetan y nos comportamos tal y como ellos esperan que lo hagamos o incluso adoptando su personalidad.

Ese en mi opinión es el mayor peligro para los padres y los educadores de los niños, por favor dejen de atribuir etiquetas, dejen de tener comportamientos depresivos que atormenten a los niños, ¡basta ya de proyectar nuestros miedos en los niños!.

Supongo que en mi caso fue así, supongo que no he sabido aprovechar todo el potencial que tengo, me he dado cuenta tarde de que la enfermedad mental de una persona me ha conducido a un punto de no retorno y ahora creo que es demasiado tarde para superarlo ya que la vida no espera a nadie.

He apretado los dientes e intentado cambiar de vida pero existe una posibilidad bastante real que me dice que no voy a tener tiempo para hacerlo.

Lo único que puedo hacer es ignorar esa posibilidad e intentar cerrar el primer paso con los resultados que he conseguido este año, al menos así mi conciencia se quedará algo más tranquila y no daré mi vida por malgastada, ya el lunes empezaremos a pensar en otra cosa.

Desde luego ahora si que tengo claro que he sido víctima y no verdugo, llevo toda mi vida culpabilizándome por algo que no cometí, toda mi vida con ese sentimiento de deuda, que ahora pienso quitarme, me he dado cuenta de que realmente no hice nada, que seguramente no haya sido tan resiliente como debería haber sido, que supongo que la fortaleza la he adquirido después pero en aquellos años las cosas me sobre pasaron (Aunque días como ayer me hacen poner en duda mi fortaleza).

Sea como sea, pase lo que pase, la vida es una obra incompleta, siempre quedan cosas por hacer.

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