martes, 27 de diciembre de 2011

El dinero.

A lo largo de la historia el dinero ha movido el mundo y ha sido sinónimo de éxito.

Muchas personas han sido tan pobres que lo único que han conseguido a lo largo de su vida es dinero, pero si de algo puedo estar seguro es que les ha sobrado el día en que han muerto.

Alguna vez he escrito ya sobre este tema y creo que siempre llego a la misma conclusión, por suerte o desgracia es necesario el dinero en nuestro mundo para sobrevivir y siempre que puedo intento no gastar más dinero del necesario pero si tengo algo claro es que hay otras necesidades en el ser humano que no se compran con dinero.

Justamente creo que hoy en día uno de los motivos por el que nuestra sociedad no termina de avanzar e incluso parece retroceder es porque hemos olvidado esas otras necesidades necesarias para cultivar otras dimensiones del ser humano.

Puede que con dinero compremos el último modelo de teléfono móvil e incluso tener la agenda llena de contactos pero ¿nos permitirá tener al menos un amigo? ¿tendremos el teléfono de algún familiar con el que nos llevaremos bien?

Hemos olvidado cultivar nuestra alma y nuestro corazón, sólo pensamos en nuestro bolsillo, en cómo gastaremos ese dinero para comprar felicidad y olvidamos que comprar felicidad es imposible, porque como repito hasta la saciedad la felicidad nace de dentro para afuera y cada vez dudo más de que vaya de fuera para adentro.

Para no ser hipócrita diré que mientras que viva en este mundo de locos qué es la sociedad occidental espero que no me falte el dinero necesario para tener un techo, comida y poco más pero que la idea de tener dinero nunca eclipse el verdadero sentido de mi vida, que no es otro que vivir y algún día trabajar de lo que me gusta.

En resumen, si he de morir que sea con los bolsillos vacíos y una sonrisa en la boca, vine sin nada y nada me quiero llevar.

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