lunes, 4 de marzo de 2013

Es curioso.

Es curioso ver como nos aferramos a lo largo de nuestra vida al pasado; Incluso cuando nos produce dolor, parece que nos empeñamos en recordar aquellas cosas que pensamos nos hacían felices.

Lo realmente curioso, es que ese pasado, no nos deja ver el futuro y lo más gracioso, es que nos impide vivir el presente con plenitud.

Nos empeñamos en recordar al amigo fiel que resultó no ser tan fiel, ya que el verdadero amigo te presta el corazón y no simplemente pone los oídos.

Recordamos al amor que voló, sin darnos cuenta, que incluso si era verdadero no volverá, porque ya ha hecho su vida e incluso tiene media docena de niños.

Añoramos la infancia, como ese tiempo tan feliz en el que vivíamos sin preocupaciones, sin recordar que sí teníamos preocupaciones pero simplemente las afrontábamos con el valor que sólo los niños tienen.

Pero si tuviera que destacar algo curioso, es algo elemental, peleas todos tus días por encontrar tu sitio, por saber quien eres, por encontrarte a ti mismo y no te das cuenta de algo...cuando llegas a anciano rara vez recuerdas donde pusiste los pantalones.

No hay comentarios: