La miseria

Vivimos en tiempos miserables en los que personas miserables rigen el destino del mundo y es que a pesar de lo que parece los que llegan a cargos de importancia son personas sin la más mínima calidad humana y en la mayoría de los casos calidad profesional.

Se han aupado a cargos con buenos sueldos y no hay manera humana de bajarlos, se agarran con uñas y dientes a un sillón en el que llevan 15 años, defendiendo ser los elegidos divinos para poder conseguir la perfección de la humanidad y de las instituciones que representan.

Lamentablemente para todos, cuando los conoces un poco más en profundidad, estos paradigmas de la justicia, estos abanderados de la verdad y el respeto a la opinión de todo, no son otra cosa que meros hipócritas dictadores que no toleran una opinión disonante y lo peor, no aceptan que están cometiendo errores.

Tenemos la sociedad que nos merecemos, porque lo más triste es que en la mayoría de los casos no hacemos nada para cambiar esta situación y en el peor de los casos no dejamos de ser títeres de trapo en sus manos ya que nos llevan por la senda que quieren, les reímos las gracias y les tememos por las posibles consecuencias que por otra parte no dejan de echarnos en cara cuales pueden ser.

Para terminar solo puedo acabar diciendo que cuando nos planteemos porque algo no funciona, sea la educación, la sanidad etc... simplemente tenemos que mirar a las cabezas visibles que se encargan de la formación de cada uno de los sectores, para acabar mirando a las cabezas pensantes que dirigen un país.