lunes, 14 de julio de 2014

La careta del impostor.

Me encanta ver la cara del impostor cuando finge que lleva la vida que quiere llevar, ama a la mujer que quiere amar o simplemente ríe cuando solo quiere llorar.

Es bien sabido que todos solemos ver la hierba más verde al otro lado de la valla, pero en ocasiones, la vida te da una lección importante en los sitios menos esperados como son los cementerios o los hospitales. Esta lección es tan sencilla como complicada de llevar a cabo, vive tal y como quieres vivir, elige bien a tus amigos e ignora a tus enemigos.

Desgraciadamente, durante mucho tiempo creemos que hemos elegido el modo del que queremos vivir, pero a veces, llega un momento que te planteas si llevas la vida que siempre quisiste llevar y justo ahí, comienzan tus problemas. En otras ocasiones, abandonar tu confortable vida, tu estable pareja o tus bienes materiales que sirven para acallar a tu conciencia y hacerte ver que tu vida es perfecta, que nunca vas a acabar en una situación de penuria como otros tantos nos cuesta mucho, justamente por esa falsa sensación de seguridad que nos da.

También existen personas, a las que la vida les ha venido dada, nunca se han tenido que esforzar por conseguir nada, simplemente seguir el camino marcado por los demás y jamás se han parado a interrogarse a ellos mismos sobre el tipo de persona que son, muchas de estas personas son seres vacíos.

Sobre la elección de los amigos, la vida te enseña que los de verdad siempre están, aunque no siempre lo parezca y otros sin embargo pasan por tu vida un instante. Otra buena manera de detectar verdaderos amigos es comprobar la reacción de éstos ante tu éxito y tu fracaso. Mi abuela decía que si la envidia fuera tiza ¿cuántos tiznados habría entre tus amistades más cercanas?

Hace años descubrí el noble arte de ignorar a la gente que me hace daño y la verdad...me cuesta y mucho. No me gusta dejar de lado a personas que han sido importantes en mi vida, pero para ser honrado, lamentablemente es necesario, sobre todo con aquellas que ves que han elegido libremente apartarse o en el caso de estar cerca solo se dedican a ponerte zancadillas.

En conclusión, arrieros somos y en el camino nos encontraremos, al final el tiempo pone a cada uno en su sitio y las caretas duran cada vez menos.

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