miércoles, 9 de julio de 2014

Sigues siendo mi amarillo.

Estoy atravesando una etapa dura psicológicamente hablando ya que por primera vez en mi vida siento el vértigo que da dejar cosas atrás.

Tengo que apostar por el siguiente paso que toca dar en la aventura que se ha convertido mi cambio de vida y junto con mi situación personal, este hecho crea en mi un desasosiego enorme.

La vida es un curioso viaje, en el que algunas personas parecen acomodadas y otras sin embargo consideramos que nunca encontramos ese asiento que nos permita disfrutar del paisaje, además muchas personas las cuales pensábamos nos acompañarían siempre, en un momento determinado desaparecen de nuestra vida sin dar explicaciones.

Otras, afortunadamente, hagamos lo que hagamos o pase lo que pase, siempre están, incluso cuando la muerte nos separa de manera prematura. Hace años, una de esas personas que me dijo hasta luego me hablo de un libro llamado "El mundo amarillo" y me hizo prometerle que iba a cambiar mi vida, dándome las gracias por ser su amarillo (dícese de las personas que nos acompañan y ayudan en el viaje a pesar de no verlas todos los días) y hoy, en un día de gran tristeza para mí, lo veo muy claro, ella era, es y será mi amarillo.

Me dejó muchos regalos, la pitufina, buenas recomendaciones literarias y cinematográficas, a su hermano pero sobre todo me cedió un poco de su coraje para vivir a mi manera. No puedo evitar en días en los que me siento triste y cansado, pensar que le estoy fallando, por eso intento sacar fuerzas de flaqueza y decidme solo los locos alcanzan sus sueños y solo los pobres no anhelan la riqueza material.

Gracias por ser mi amarillo.

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