lunes, 18 de abril de 2011

Volver a nacer.

Un año más estamos en Semana Santa, sinónimo de vacaciones para muchos, procesiones molestas para unos y tiempo de exaltaciones religiosas para otros.

Pero para la inmensa mayoría, motivo de olvido de lo que se celebra.

Se celebra el sacrificio, que me perdonen los aspirantes a vivir el "carpe diem eterno", porque seguramente ya antes de continuar leyendo se habrán molestado con lo del sacrificio porque no entienden que en esta vida tengas que sacrificar algo, simplemente estamos aquí para disfrutar y para gozar.

Evidentemente que esta vida, la debemos afrontar buscando la felicidad, pero creo que estamos olvidando algo importante, el sacrificio por los demás.

Y no me refiero a salir descalzo cargando pesadas cadenas, ni me refiero a recibir latigazos, ni a perdonar a los que nos están clavando en una cruz de madera, dejarnos matar para demostrar que la paz es el único camino, recibir un tiro para demostrar que blancos y negros tenemos el mismo corazón o renunciar a una vida llena de comodidad para ir a la India a dar nuestra vida y conocimientos a los demás....Para la mayoría de nosotros el sacrificio es otra cosa, empieza por ser capaz de perdonar a la gente que te hace daño y continua por intentar hacer una vida agradable a la gente que te rodea, pero sobre todo consiste en no hacer daño intencionadamente a la gente que te quiere y por supuesto no hacerte daño a ti mismo.

¿Verdad que no es tan complicado esto del sacrificio? ¿Verdad que no es tan dramático como suena? Pues hoy en día, en los tiempos de la felicidad eterna y la eterna juventud, no somos capaces de sacrificarnos por nada, ni por nadie, ni siquiera por nosotros mismos.

Dejamos escapar la felicidad por el que dirán o por no renunciar a cierta estabilidad, no dejamos de mirar nuestro ombligo ignorando el dolor del prójimo o presumimos de hazañas como autodestruirnos con drogas varias o de no hacer nada útil con nuestra vida.

Evidentemente el sacrificio está reñido con la sociedad actual, queda claro que es preferible tener una vida llena de alegrías, siempre pensando primero en uno mismo, luego en uno mismo y para terminar en uno mismo, sin tener metas, sin mover un dedo por nadie etc...

Por suerte, algunos hemos tenido la suerte de volver a nacer, de encontrar nuevas metas, de encontrar nuevas personas y de recordar que el sacrificio no es simplemente un precio a pagar, es una manera de hacer un mundo mejor, empezando por ser mejores nosotros mismos.

No hay comentarios: