jueves, 28 de abril de 2011

Las monadas para el zoológico.

El otro día hablando echando una caña, uno de los asistentes a una improvisada reunión hablaba de lo destrozado que estaba un amigo suyo que estaba atravesando un bache con su pareja y la razón era que ella le había pedido tiempo.

Las razones que esta persona daba del estado de su amigo era que esa chica era una auténtica monada y no por lo que dio a entender no se refería a que fuera una persona que destacara por subirse en los arboles y comer plátanos, ni por ser aficionada a la lectura o al cine de autor, o por tener una conversación interesante, su único mérito para que la quieran es ser una monada.

Supongo que por monada, se refería a ser un cuerpo 10 de clase A, de eso que se supone que no están al alcance de cualquiera (Por suerte para mí y desgracia para muchos), y es que no me dejan de sorprender los hombres de unos 30 años que siguen en el estadio preoperacional según Piaget.

Pero claro así les va la vida, siguen siendo egocéntricos, padecen de yuxtaposición, centración, no comprenden la reversibilidad de un proceso y tienen problemas para realizar operaciones lógicas (Sobre todo los sábados por la noche).

Y es que claro, supongo que a mi me incluyen en la clase de tipo que no se come un rosco, porque claro no soy ni guapo, ni rico, ni tengo un trabajo para presumir como si fuera mi apellido, ya sabéis el típico soy Pepe de "El Corte Inglés", pero bueno me alegra de que piensen eso de mí, porque quizás no pueda presumir de tantas cosas como ellos pero de si algo puedo presumir es que a mí las monadas me gustan en el zoo, para mi día a día me quedo con la belleza auténtica que es la interior, la única que no se pierde y porque no decirlo acompañada de una belleza exterior mucho más real que un escote o una mini falda que no todas saben lucir...

No hay comentarios: