miércoles, 6 de febrero de 2013

Un día te levantas y nada es igual.

Un día te levantas y nada es igual, echas de menos a amigos a los que creías que no ibas a perder nunca pero que llevan un tiempo mostrando una indiferencia en sus hechos que sus palabras no corroboran.

Te duele el alma, ves que estás cansado, que necesitas apoyo porque sabes que solo no lo puedes conseguir. Te falta el aliento y el pecho se te rompe de dolor al respirar.

Eres como un naufrago al que los barcos se niegan a rescatar, porque piensan que no lo necesitas y por mucho que mandas señales no recibes ningún salvavidas.

Así es la vida, no sabes bien qué has hecho para merecerlo, pero te encuentras solo, ya a nadie le interesa saber de ti y te das cuenta que el dicho es cierto nacemos solos y desnudos y moriremos del mismo modo porque la compañía del hombre es tan efímera que no tiene sentido pensar que vas a encontrar a alguien que te acompañe el resto del camino.

Dicen que el romanticismo ha muerto, pero yo sigo sintiendo sombras en el corazón, sombras de temor y desolación que me llevan a un paradero tenebroso, cubierto de ataúdes y muertos que lloran en soledad, porque hoy nadie ha ido a llevarles flores.

La vida es el tintineo de una vela, que lentamente se consume y que nadie acierta a apagar.

1 comentario:

dama_serena dijo...

Te entiendo perfectamente, y tanto tú como yo, sabemos que en el fondo la soledad es amiga y la aceptamos, aunque nos cueste, pero también sabemos que nunca estamos solos del todo. Estamos siempre.