lunes, 2 de septiembre de 2013

El engaño de la vida.

Una vez que descubres el engaño de la vida, no te vuelves a creer sus mentiras.

La vida es efímera, es un sueño que dura lo que dura, pasamos de paso por un mundo que cuando somos jóvenes creemos será eterno pero un buen día (En el mejor de los casos más bien pronto que tarde) nos damos cuenta de los múltiples engaños que se nos presenta.

Se nos dice que tenemos que amasar fortunas para comprar nuestra tranquilidad, sin darnos cuenta que se puedes ser la persona más tranquila del mundo simplemente con pocas cosas y poco dinero (El justo para vivir de forma digna y pagar tus cuentas).

Al igual la vida nos hace creer que necesitamos encontrar un amor que nos complete y en muchas ocasiones ese amor, en realidad, es una prisión de oro que nos priva de pasar tiempo con la persona que más feliz te hace en el mundo (Tú mismo).

Se nos dice que si tenemos dinero podremos comprar salud....y qué queréis que os diga...hasta cierto un punto es una memez porque si por desgracia caes enfermo, en numerosos casos no te libras ni aunque tengas millones de euros y por otro lado el juez del tiempo no entiende de sobornos económicos, antes o después todos caducamos.

Una vez que comprendes el engaño de la vida, no afrontas los problemas del mismo modo, intentas relativizar y buscar la posible solución que te permita seguir dando gracias por lo que tienes, sin añorar todo aquello que crees que te falta.

Te das cuenta que la relatividad del tiempo-espacio es algo más que una fórmula y que en tu mano está echarle vida a los años y no años a la vida, esperando el momento final en el que tu cuerpo o tu mente digan hasta la vista, nos vemos pronto.

Porque si algo tengo claro es que la vida es un proceso de aprendizaje, en el que no debemos nunca de dejar de aprender y buscar nuestra plenitud a lo largo del tiempo y de las diferentes vidas que todos vivimos.

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