miércoles, 19 de junio de 2013

La luz y la oscuridad.

Desde tiempos inmemorables el ser humano ha tenido una perspectiva dualista del alma, la luz (el bien) y la oscuridad (el mal). Partiendo de que no estoy muy de acuerdo con esta división me gustaría exponer lo siguiente:

El mal es mucho más complicado que reducirlo a la oscuridad del alma, hay grandes escritores que han realizado sus obras más importantes al amparo de un vela, en momentos de gran angustia personal. Quizás olvidamos que para que exista el bien tiene que existir la maldad.

El bien y el mal conviven para equilibrar nuestros hemisferios y desarrollar nuestra personalidad, evidentemente debes comprender que me refiero a un mal que no atente contra los derechos humanos, me refiero a ese mal que te hace angustiarte con tu existencia.

En último lugar añadir que podemos en algo que está muy de moda en la actualidad gracias a los libros de autoayuda existentes, dar luz a los demás. Querer iluminar la vida de los demás está muy bien pero se nos olvida que para dar luz primero hay que brillar.

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