jueves, 13 de junio de 2013

La promesa.

Acaba otro año académico duro; Para los que me leen desde hace tiempo saben que cada año digo lo mismo, pero es cierto, cada año que pasa la vida se complica, no se la razón pero cuando pasas los 30 te conviertes en un perro y cada año parecen siete.

Este año he sufrido de lo lindo con asignaturas a las que me enfrentaba sin tener ninguna base y eso me ha hecho tener que echar muchas horas; Por otro lado por cuestiones personales he ido pegado de tiempo y a pesar de que mucha gente con buena intención me decía que con sacar un aprobado también valía, me he demostrado a mi  mismo la persona que soy, no me conformo y creo que eso es bueno.

Por otro lado este año, he tenido la oportunidad de "trabajar" de prácticas en un colegio, ha sido la experiencia más maravillosa de mi vida, espero volver; Las prácticas supusieron para mí un revulsivo, pude comprobar la realidad por dentro, los sin sabores, las alegrías, el compañerismo, las emociones... Pero si algo me cargó las pilas fue volver a visitar a los niños de mi clase al cole sin que se lo esperaran y comprobar como algo, aunque parezca insignificante dejas en ellos.

Lo bonito de la docencia, no son las vacaciones, no es la estabilidad, es ver como dejas algo de ti en cada una de las personas con las que convives. Últimamente me encuentro con gente que desgraciadamente han dejado de ser docentes por los recortes y todos me hablan de lo cómodo del trabajo y de las vacaciones que tenían, casi ninguno me habla de emociones y sentimientos, pienso que deberían hacérselo mirar.

La ventaja de ser un estudiante de magisterio viejo o un maestro frustrado que no se ha dedicado a lo que quiere, es que anhela cada día el olor a tiza, el dolor de cabeza de "aguantar" quejas y gritos, sabiendo que lo que realmente feliz está ahí, que quizás nunca llegarás en esta vida a trabajar de maestro, pero en la lucha está la victoria.

Mucha gente piensa que estoy estudiando demasiado en la universidad, que me lo tomo muy a pecho pero considero que el día que un maestro estudie como un médico mejor irá este país, además me encanta compartir horas de estudio con mi gente, todos aprendemos de todos, esa es la clave.

Hoy con las notas de tercer curso en mi poder, me siento orgulloso y recuerdo la promesa que le hice a todos mis amigos que me animaron a estudiar, voy a ser maestro y un buen maestro, o al menos moriré en el intento.

PD: Para pitufina (Ella lo entenderá) ¡¡¡¡¡¡¡POLLO AMARILLOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!

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