La escuela debe de ser bajo mi punto de vista el vehículo que lime las desigualdades sociales, así como garantizar la igualdad de oportunidades y por tanto un modelo inclusivo es vital para conseguirlo o ¿acaso una persona con algún tipo de NEE no tiene el mismo derecho a tener las mismas oportunidades que otra sin estas necesidades? ¿elegimos dónde nacemos? ¿nuestra salud? ¿la familia en las que nos criamos? son características aleatorias que tan solo el misterio de la vida conoce el porqué.
A lo largo de la vida he conocido gente con algún tipo de discapacidad y simplemente puedo decir que es gente maravillosa, gente que pelea cada día por ser un miembro útil de la sociedad y por contra conozco mucho miembro inútil de la sociedad sin ningún tipo de discapacidad.
Además debemos recordar que discapacidad quiere decir falta de capacidad para una situación concreta (Un ciego no puede conducir un coche pero puede sacarse una carrera universitaria y dar conferencias magistrales).
El problema es que el ser humano está cargado de prejuicios y de miedos, tendemos a tener miedo de lo que no conocemos y de lo que nos resulta diferente.
Muchos padres piensan que si sus hijos comparten aula con alumnos con NEE no avanzarán lo suficiente en sus aprendizaje y a estos padres lo único que les puedo decir que quizás lo mejor que les puede pasar a sus hijos es compartir el aula con este tipo de alumnos ya que le van a ofrecer una lección sobre la vida que difícilmente van a poder enseñarle sus profesores.
Y esta lección no es otra que la vida es una lucha diaria, una lucha por crecer, por vivir y por ser cada día un poco más personas.
La pena es que hemos olvidado que la educación no es sólo aprender a sumar o a restar, a decir yes o no, en estos tiempos de crisis es preciso recordar que la educación son valores como la solidaridad, compañerismo, amistad.
Ya sé que he escrito alguna vez más en este blog sobre este tema pero es que creo que no se escribe lo suficiente, ni se habla lo suficiente, os invito a buscar información sobre Pablo Pineda para comprender la grandeza de ser diferente.
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