lunes, 15 de marzo de 2010

La partida.

La vida se va como el aire escapa de un globo, a veces explota con violencia inesperadamente y otras veces escapa poco a poco.

Es duro ver morir a un ser querido y es algo para lo que uno no esta preparado nunca aunque más duro es perderlo de manera súbita sin tener tiempo de despedirte.

La vida y la muerte juegan una partida de ajedrez en la que la muerte lleva ventaja de varios movimientos pero que alarga la partida simplemente por el hecho de jugar.

Lo único que se puede hacer ante esta situación es jugar lo mejor posible la partida para al menos una vez terminada dejar buen recuerdo entre la gente que te rodea.

Recuerdo cuando siendo muy chico soñaba con hacer una gran partida, iba a ser alguien tenía mil ideas de por donde iba a ir mi vida pero luego la condenada partida cambió y me descolocó.

A pesar de los rumores que dicen que soy más viejo de lo que digo ser, simplemente fuí un chico precoz que quiso jugar a ser mayor y cuídar de todos sin pensar en que primero tendría que cuídar de si mismo.

Ahora he asumido con resignación que muchas de esas cosas ya no pasaran que posiblemente no vaya a cambiar nada de las cosas que no me gustan de este mundo egoísta y enfermo.

Supongo que como he dicho anteriormente lo único que puedo hacer es seguir jugando mi partida de la mejor manera posible y cuando me toque perder ante la muerte al menos tener la conciencia trasquila de haber jugado limpio.

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