viernes, 11 de junio de 2010

Enemigos.

Una de las palabras más horribles que tiene nuestro vocabulario es enemigo.

Según la RAE, enemigo no recoge ninguna acepción positiva:

enemigo, ga.

(Del lat. inimīcus).

1. adj. contrario (que se muestra completamente diferente).

2. adj. Dicho de una persona o de un país: Contrarios en una guerra. U. t. c. s. m.

MORF. sups. irregs. enemicísimo, inimicísimo -p. us.-.

3. m. y f. Persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal.

4. m. Conjunto de personas o de países contrarios a otros en una guerra.

5. m. En el derecho antiguo, hombre que había dado muerte al padre, a la madre o a alguno de los parientes de otro dentro del cuarto grado, le había acusado de un delito grave, etc.

6. m. diablo (príncipe de los ángeles rebelados).


Creo que todos tenemos algún enemigo por desgracia, gente a la que no caemos bien y es totalmente contraria a nosotros deseando algún mal para nosotros o los nuestros.

Muchas veces estos enemigos se disfrazan de amigos, siendo lo que más nos duele, el porqué somos cainitas lo desconozco supongo que es nuestra naturaleza.

Hoy sin embargo quiero hablar del mayor enemigo que tenemos, y no es otro que nosotros mismos.

Tengo una amiga que se encuentra algo deprimida, exactamente no sabe lo que le pasa pero sabe que algo no va bien; Ha ido al medico, le han hecho pruebas y no le sacan nada, ella piensa que es algo nervioso.

Hoy en día el problema es que creo que hay personas que nos exigimos demasiado y eso no es bueno, supongo que siempre nos han enseñado a ser demasiado competitivos o a veces arrastramos traumas que nos crean complejo de inferioridad que intentamos ocultar siempre con una sonrisa o bufonada pero la procesión va por dentro.

El problema es que ocultamos tantas veces nuestros sentimientos de rabia y resentimiento hacia alguna situación que nos ha tocado vivir que un día explotamos, la llevamos tan metida en sangre que pensamos que nuestro organismo lo asimila pero olvidamos que el cerebro va por libre.

Un buen día despertamos y sentimos una inmensa tristeza que no se va, vemos todo mal, el vaso ni siquiera medio vacío ya que no vemos ni vaso, los nervios nos agarran por el estomago, nos duele la cabeza y se nos hincha el pecho.

No hay una receta fácil para solucionar esto, supongo que sólo la persona que pasa por esto puede entender lo que digo pero si hay algo que se puede hacer es dejar de ser tu enemigo y pasar a ser tu mejor amigo, ya que nadie mejor que TÚ sabe lo que le hace falta para ser feliz.

En lugar de buscar que es lo que te hace infeliz, busca lo que te haga feliz, lo otro saldrá cuando tenga que salir, si te encierras en tu dolor será mucho peor, no te martirices y da una oportunidad a la vida.


No hay comentarios: