miércoles, 2 de diciembre de 2009

La oscuridad.

Recuerdo cuando era pequeño como la oscuridad me asustaba, no soportaba andar a ciega y necesitaba enseguida ver algo de luz.

Como iba a imaginar que con el paso de los años todo iba a ser tan distinto e iba a disfrutar tanto con la sensación de estar a oscuras.

Quizás con los años he aprendido a ver que no necesariamente la oscuridad tiene que asustar, ahora me tranquiliza y me he dado cuenta de que es una buena manera de encontrar mi yo real.

Así que ahora a mis años pienso seguir bailando en la oscuridad y descubriendo a cada minuto de oscuridad un segundo de luz propia.

No hay comentarios: