Solía soñar que soñaba.

Recuerdo con cierta nostalgia las noches que solía soñar que soñaba.

Eran tiempos en los que no sentía miedo y me veía capaz de hacer cualquier cosa que me propusiera.

Eran noches en las que dormir resultaba placentero, me levantaba con las pilas cargadas y con ganas de comerme el mundo sin dudas sobre lo que iba a pasar.

Soñaba que rescataba a la princesa de mis sueños en lugar de intentar huir del dragón.

Solía soñar con escribir los versos más bonitos del mundo con los cuales la gente comprendiera la necesidad de respetarse y quererse.

Pero sobretodo tenía el sueño más grande del mundo que no era otro que justamente cambiar el mundo...

Hoy el miedo me atenaza y no queda nada de esos sueños, sólo queda el instinto de supervivencia...