miércoles, 15 de octubre de 2008

Leyenda del hombre sensible.

Hubo una vez un hombre sensible.

Era tan sensible que cualquier cosa que veía a su alrededor le afectaba y que decir no tiene que lo que le pasaba aun le afectaba mas.

No había llevado una vida fácil, tuvo una infancia feliz pero dura, le hizo madurar pronto y renunciar a muchas cosas con las que había soñado pero solo así se dio cuenta de que en la vida sin sacrificio no hay recompensa.

Este hombre un buen día pensó que la mejor manera para no sufrir mas era convertirse en una persona sin sentimientos, fría y calculadora, yendo a su aire y sin preocuparse por los demás.

Sin embargo un buen día su vida le brindo la oportunidad de compartir la vida con otra persona sensible, fueron años bonitos, los mejores de su vida y llego a olvidarse de la estúpida de la idea de volverse frió.

La pena es que las personas simplemente somos personas y a veces fallamos, lo que a el le creo una gran pena, lo paso mal, quería morir, enfermo y volvió a pasar un infierno.

Sumergido como estaba en este infierno, fue cuando conoció a unos cuantos ángeles particulares que entre todos tiraron de el para sacarlo de ese infierno y se prometió que nunca mas volvería a el.

Hoy por hoy este hombre de rasgos duros, de mirada y sonrisa tímida, de pelo escaso, vive tranquilamente rodeado de buenas personas con las que compartir su soledad y se ha prometido que jamas volverá a ser frió, a pesar de que los palos sigan cayendo.

Algún día este hombre encontrara una mujer sensible y entonces empezara a caminar de nuevo, sin miedo y con paso firme dispuesto a jugar, a perder y a ganar de nuevo.


"Una lagrima es mayor que un mar entero cuando el viento lleva a lomos la traicion...."

1 comentario:

dama_serena dijo...

La frialdad aisla y asusta. Yo prefiero la calidez de una sonrisa, de una palabra sincera. Y tú las das.

Besos siempre cálidos

dama_serena