miércoles, 28 de agosto de 2013

Cementerio de elefantes.

Hace un par de años que a mi madre le diagnosticaron una demencia mental dentro del espectro del alzheimer, durante este tiempo hemos visto como poco a poco su mente se deteriora por momentos, aunque de momento por suerte mantiene una buena calidad de vida.

El problema es que en días cuando la climatología se complica y la presión atmosférica cambia, he podido observar como le afecta más a su memoria y a su comportamiento.

En esos días mi madre constantemente habla de volver a su casa, encontrarse con sus padres que le esperan (mis abuelos llevan muertos muchos años) y retornar a su infancia.

Me ha dado por pensar que cuando nos hacemos mayores y el final está cerca nos sentimos vulnerables, el cerebro en un último intento de protegerse del miedo busca refugio en la infancia, en los tiempos en los que tus padres te protegían y sentías que nada malo te podía ocurrir.

Cuentan que los elefantes suelen volver al lugar en el que han nacido para morir allí, como si quisieran mantener un vínculo eterno con esa tierra, quizás a los seres humanos nos pasa igual y cuando vemos que el final se acerca recurrimos a nuestros recuerdos para sentir alivio ante el miedo de lo desconocido.

Cada vez estoy más convencido de que la vida es un tránsito a otro lugar, un corto camino que sirve para aprender y que sólo abandonamos temporalmente mientras que volvemos a nacer en otra lugar, en otra vida, en la que con un poco de suerte podemos utilizar lo que hemos aprendido en la anterior.

La vida es un cementerio de elefantes en el que una vida acaba para que otra empiece, siendo el planeta tierra nuestra tierra.

No hay comentarios: