jueves, 22 de agosto de 2013

Mi tierra, mi gente.

Pongo punto final (O seguido "never say never") a mi estancia en Inglaterra; Sobre el tiempo que he vivido aquí ya escribiré cuando reflexione sobre él con más calma, pero hoy quiero escribir sobre otra cosa, acabo de llegar de cenar con unos compañeros de la escuela de varias nacionalidades y de varias edades, llegando a la conclusión que no hay nada como mi tierra y por ende, mi gente.

Mi tierra y mi gente puede parecer áridá y dura, pero una vez que la conoces sabes que no la cambiarías por nada, ni siquiera por un hermoso paísaje de playa o montaña.

Llega un momento en tu vida que eres consciente de quien eres, de donde vienes y que es lo que quieres en tu vida, pueden ponerte un caramelo en la boca y sigues echando de menos tu paella de los domingos en casa Leo porque recuerdas que tu tierra te tiene atrapado.

Te paras a hablar con gente y de repente eres consciente de que nadie te entiende, pero sabes que hay un lugar que sólo con una mirada te comunicas con todo el mundo y es en ese momento cuando valoras cada minuto pasado en el hogar.

El hogar es ese lugar en el que está la gente que amas y que te ama, esas personas que te echan de menos cada minuto que no estás y a las que echas de menos cada segundo que estás lejos.

Mi tierra y mi gente es humilde pero noble, es alegre pero trabajadora y sobre todo es parte de mi vida, esté donde esté, acabe donde acabe, siempre estará en mi corazón.

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