lunes, 4 de enero de 2010

La muerte.

Quizás lo único que sabemos en la vida con certeza es que todos un día morimos.

Desde que nacemos sabemos que nuestro reloj avanza de manera imparable hacia el desenlace final y puedes patalear, enfurecerte pero al final solamente puedes resignarte.

Es terrible ver morir a un ser querido ir viendo como se va consumiendo sin poder hacer nada para poder evitarlo pero como dicen en una película que vi ayer, la muerte de un ser querido es el único modo que tenemos de darnos cuenta de lo importante que era para nosotros.

Muchas personas no suelen pararse a pensar en que las personas no vivimos eternamente, no demuestran su gratitud hacia personas que han dado lo mejor de ellos, no saben decir un te quiero a tiempo, no saben dar un abrazo sincero, dicen que son fríos... pero en realidad son orgullosos.

Mucha gente piensa que la muerte nos priva de los seres queridos pero no se dan cuenta que más priva el orgullo.

Aprende a decir adiós con el corazón ya que puede que sea la última vez que veas a esa persona en vida, aprende a reconocer a la gente importante en tu vida, a la que te apoya y te quiere, no dejes que nadie la aparte de tu vida, entiende que no van a estar siempre contigo y cuando llegue el día de la despedida no llores por ellos.

No llores por ellos, celebra su vida, celebra todo lo que has compartido con ellos, grita al cielo con fuerza para que puedan oír tu corazón.

Haz que tu vida valga la pena, apura hasta el último segundo y por favor el día que yo muera no te olvides de mi.

No hay comentarios: