Erase una vez un hombre con las piernas largas que pensaba que podía andar 70 kilómetros al igual que muchos de sus vecinos que se dedicaban a hacer este deporte.
Pensaba que como tenía largas piernas podía andar los setenta kilómetros mucho más rápido que las personas con las piernas cortas.
Todos los días lo intentaba y todos los días fracasaba, lo que lo producía una gran decepción y se enfadaba consigo mismo y los demás.
Un buen día nuestro hombre acababa de fracasar de nuevo en su intento y se encontraba tumbado en la hierba maldiciendo contra todo y todos, cuando un hombre con las piernas cortas pasó por su lado.
El hombre de las piernas largas lo maldijo "maldito, ¿cómo puede ser que con las piernas tan cortas que tienes puedas recorrer 70 kilómetros?", el hombre con las piernas cortas se detuvo a su lado y mirándolo fríamente le dijo "te llevo viendo venir a este parque 2 semanas y nunca aguantas corriendo más de un minuto", dicho esto se fue.
La vida no depende de tener piernas cortas o piernas largas, la vida depende de la pasión que le echamos a las cosas, de la constancia y de ser capaz de marcarse un objetivo.
Para alcanzar objetivos no se pueden usar atajos, no se puede pretender correr 70 kilómetros en 1 minuto porque es imposible, hay que seguir unos pasos, tener fuerza y entrenar todos los días, cada día un poco más y un poco más.
Me agota ver a la gente como patalea y como se queja de que no pueden correr 70 kms cuando simplemente lo intentan 1 minuto durante dos semanas, en lugar de meses de duro entrenamiento, criticando sin cesar a gente que quizás tiene las piernas cortas pero les sobra costancia y tesón.
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