No tengo la respuesta.

Haca casi un año una persona muy inteligente me preguntó ¿por qué le pasan cosas malas a la gente buena? Intenté contestar a la pregunta de manera que mi respuesta diera ánimos a esta persona que estaba pasando por una enfermedad bastante complicada. Pero ni yo me creía esa respuesta y creo que ella lo notaba.

El Domingo salí a dar un paseo por la mañana y vi en una cafetería a Manolo, ¿quién es Manolo os preguntaréis? Manolo es quien ha regentado el kiosco del Altozano toda la vida junto con su cuñado, una singular pareja que para mi han sido de las mejores personas que me he encontrado en mi vida.

Recuerdo que hace ya la friolera de 13 años cuando yo estaba realizando el servicio militar me tocaba ir a recoger la prensa de la Base a este kiosco y entable con ellos una amistad sana.

Resulta que Manolo había sido en la juventud amigo de mi madre y cuando se lo comenté me trato como un hijo, me dio buenisimos consejos que aún guardo y me aplico día a día.

Pasaron los años y dejé de ver a Manolo en su kiosco y a su cuñado, jubilados pensé pero nada más lejos de la realidad, me enteré que tanto su cuñado como él tenían alzehimer, un día los vi por la calle con la mujer de Manolo y otra mujer que no conocía en una silla de ruedas y con unas gafas de sol como dos vegetales, al igual que lo vi este domingo.

Esto me hace volver a pensar en la respuesta que me falta, ¿por qué a la gente buena debe de pasar estas pruebas tan duras en la vida? Siempre he creído que alguien que ha sido tan bueno merece otro final, merece acabar sin sufrimiento y con dignidad.

La verdad es que hay días que no entiendo nada, hay gente que se agarra a la paciencia de Job, en otras religiones tienen otros personajes que aguantan las pruebas de Dios, pero a mi me cuesta trabajo creer en las pruebas de Dios, prefiero creer en el destino, que todos morimos de alguna manera y sufrimos enfermedades independientemente de nuestros actos, no creo en la justicia universal para este tema y más hoy en día.

A lo largo de mi vida he sido afortunado ha ido apareciendo gente buena y noble, gente que me ha enseñado mucho de lo poco que sé, gente que se han volcado conmigo sin pedir nada a cambio, Manolo ha sido así y sólo espero que algún día cuando ya no este en este mundo su cabeza vuelva a funcionar a la perfección recuerde sus días de monaguillo gastándole bromas a mi madre y repartiendo la prensa con esa sonrisa picara de complicidad.

PD. Si alguien sabe contestar a la pregunta ¿por qué le pasan cosas malas a la gente buena? que me lo envié.