jueves, 29 de octubre de 2009

La religión.

La semana pasada estuve en el cine viendo Ágora, la última película de Alejandro Amenabar.

La película trata sobre la vida de Hipatia de Alejandría, una mujer avanzada a su tiempo que hizo grandes avances en el campo de la astronomía.

No voy a contar la película por si alguien tiene intención de verla pero quiero aprovechar el argumento para escribir algo en lo que llevaba tiempo pensando y esta película me ha motivado a escribirlo.

Hace un tiempo algunas personas me tachaban de hipócrita por ser catequista, ya que según ellos predicaba una cosa y daba ejemplo de otra, la verdad para nada compartía esta opinión porque si de algo me siento orgulloso de mi etapa de catequista es de haber intentado educar en valores como respeto, tolerancia y solidaridad aunque suene mal creo que esas tres cosas si que las predico con el ejemplo.

Y hace no demasiado tiempo una persona que ahora da catequesis en la misma parroquia que yo daba me acusaba de ateo, cosa con la que no estoy nada de acuerdo porque siempre tengo presente a Dios en mi corazón.

Supongo que me considero cristiano porque he nacido en un país de raíces católicas, la religión católica, entre otras, es la que se ha dedicado para bien o para mal de perpetuar el cristianismo hasta nuestros días.

Pero quiero dejar clara una cosa, la religión fuera de ideas políticas y fuera de intereses personales debe vivir en el corazón del ser humano.

Me refiero a que Dios, al menos el mío, debe de anidar en el corazón de cada uno, yo creo que el Dios de Jesús era el mismo, deberíamos intentar hacer el bien con todo el mundo que podamos para hacernos bien a nosotros mismos. Por la misma regla de tres el demonio vive también en nuestro corazón, es imposible no fallar y alguna vez actuar mal, al diferencia es arrepentirse o no.

Detesto escuchar a gente decir que las religiones son el problema del mundo, detesto hablar que la salvación está en confesar tus pecados a un desconocido o no comer carne un viernes, detesto escuchar a gente decir que el paraíso está en estrellar un coche en un rascacielos o explotar una bomba en un tren, detesto que piensen por mi y me digan que Dios no existe, que la vida de Jesús fue un invento.

Para mi la vida de Jesús de Nazaret es sin lugar a dudas la historia mas bella jamás contada (seguro que ha habido en otras religiones historias parecidas no las nombro por mi ignorancia lo siento).

Una historia la de Jesús seguida después por gente maravillosa que fue capaz de dejar la comodidad de su casa y tirarse a la calle a ayudar al más necesitado, yo no tengo valor para eso.

GENTE con mayúsculas que seguro que a lo largo de su vida tuvieron que aguantar cosas como que les dijeran hipócritas o ateos, gente que sabía que Dios está en el corazón de los hombres todos los días y sabían escucharlo.

Es fácil ir a una iglesia a pedirle a un ser invisible que te ayude y te de fuerzas, lo difícil es saber que el espíritu de Jesús, Vicente Ferrer, Teresa de Calcuta, de mi abuela, Hipatia de Alejandría, Lucía, Ramón, Martin Luther King, Gandhi, Teresa (gente que en un momento determinado te han dado ejemplo de lo que te gustaría ser como persona) está siempre presente en el corazón de las personas y que del corazón es de donde tienes que sacar fuerzas.

Mientras que el hombre siga sin mirar a su corazón, seguirá siendo un ingenuo en mano de gente sin corazón y seguiremos enfrentándonos, seguiremos viendo nuestras diferencias en lugar de nuestras similitudes.

Por cierto y ya termino no me importa nada que me llamen ateo o hipócrita, prefiero mirar a mi interior y juzgarme a mi mismo que así seguro que no fallo.

1 comentario:

Celfa dijo...

Yo no entiendo mucho de religiones, porque no me crié en un ambiente religioso, no me conozco las oraciones típicas (excepto el Padre Nuestro, que nadie se libra), ni me he confesado nunca.

Afortunadamente, he conocido a muchas personas que hacen el bien por el mundo, independientemente de sus ideas religiosas.

Puesto que no entiendo mucho del tema, igual no me expreso correctamente, pero voy a intentarlo.

El fin de todas las religiones, en teoría, es ayudar al prógimo. Con esto, estoy de acuerdo. Con lo que no estoy para nada de acuerdo, es con la interpretación que realizan las respectivas instituciones que representan o conforman estas religiones.

Es decir, si pienso en mi abuela, era la persona más buena del mundo. Nunca criticó a nadie, y ayudó a todos los que pudo. Y como ella, me imagino que miles de particulares. Pero me molesta tremendamente cuando una institución, en nombre de X religión, empieza a manipular/interpretar lo que está bien, lo que está mal, los malos, los buenos, quien se sale del grupo, quien tiene el poder... Yo creo que al final se reduce en eso, en tener poder, y acaba siendo una empresa como otra cualquiera.

Precisamente este fin de semana en El País Semanal, viene un reportaje sobre una monja de clausura que parece que es la nueva revelación dentro de la Iglesia Católica. Pues si os leéis el artículo, vereis que de lo que más se habla es de números, de cuantas monjas hay en su convento en comparación con otras 'entidades' (franciscanos y demás), cuánto ha crecido el convento durante los últimos años... En fin, que me ha recordado a los números de mi empresa... tanto se ha facturado este año, tantos trabajadores nuevos, etc...

Y pienso que es una pena, porque miles de personas como tú, quedan ocultas entre comillas por lo que sí se ve. Por el poder, por la falsedad, por la hipocresía, por la maldad...

Yo no puedo relacionarte con ninguna religión, como la entendemos hoy en día, o como yo la entiendo Yo solo puedo pensar en ti como buenísima persona, sin tener en cuenta tus motivaciones religiosas.

Y me alegro.

¿Me he explicado bien?