Mi partida de cartas.

Mi vida ha sido como una partida de cartas continua.

En esta partida de cartas no he jugado para ganar dinero, ni para ganar respeto, ni para ganar credibilidad, sólo he jugado por el hecho de jugar.

He vivido a mi manera estos años que llevo en este mundo, siempre he hecho lo que he sentido que tenía que hacer, lo que mi corazón me dictaba, me puedo haber equivocado al echar algún farol como pretender que alguien tuviera el suficiente aguante de casarse conmigo.

Lo importante es que he pérdido alguna mano pero sigo jugando, quizás con el tiempo he aprendido a usar mis mejor mis cartas, a ser más prudente en el juego y sobretodo a no apostar el corazón.

No puedo evitar pena de ver como hay gente que no juega que simplemente se queda viendo las partidas como espectador, no saben lo que se pierden, incluso cuando has pérdido una mano vale la pena.

Por desgracia en esta partida de cartas que es la vida, siempre hay algún que otro tramposo, que se dedica a robarte lo más valioso que tienes que no es otra cosa que tu corazón.

Han pasado 31 años, cada vez me cuesta más trabajo encontrar compañeros nuevos de partida, ya que todo el mundo parece tener su partida preparada pero la verdad tampoco me importa mucho mientras pueda mantener a alguno de mis compañeros habituales y si no pues tocará jugar algún solitario.