lunes, 30 de noviembre de 2009

El cielo.

Miro al cielo y me emociono.

El cielo dice tantas cosas si lo sabes mirar, a veces tan azul, tan limpio, dejando brillar al sol en todo su esplendor, dibujando nubes pequeñitas con formas de algodón dulce y bandadas de pájaros que se dedican a volar de un lado a otro en busca de alcanzar su próximo destino de felicidad.

Pero el otro cielo que me fascina es el que ruge con furia, el que llora por los ausentes, el que reina una mezcla de oscuridad y luz anunciando la tormenta que se viene encima.

Y es que el cielo es como la vida, hay días en los que parece que todo esta claro, que no hay miedos y otros en los que parece que todo se hace cuesta arriba y se llena de oscuridad.

Pero si algo hay que aprender del cielo es que cuando la cosa se pone negra hay que rugir con fuerza, dejar caer alguna lágrima que cure el alma y seguir peleando esperando el sol.

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