lunes, 8 de julio de 2013

Palanca.

Según se dice Arquímedes dijo: "Dadme una un punto de apoyo y moveré el mundo", dicha afirmación relacionada con la invención de la palanca me lleva a reflexionar sobre la necesidad que tenemos todos de tener un punto de apoyo en nuestra vida o mejor si cabe, una palanca.

Una palanca es una máquina simple que sirve para vencer una resistencia utilizando menor potencia, para lo cual requerimos de un punto de apoyo o fulcro que cuanto más cerca se sitúa de la resistencia menor potencia tenemos que realizar.

En Primaria se enseña a los niños que las palancas pueden ser de tres tipos o géneros y que en función del tipo la potencia, la resistencia y el fulcro se sitúan en partes diferentes. Evidentemente en esta entrada no os voy a explicar donde se coloca en cada caso, lo que quiero es que reflexionemos sobre otra cosa.

Antes de resolver un problema de palancas se le pide al niño que sepa situar bien dichos elementos para a la hora de aplicar la condición de equilibrio de la palanca (potencia por su brazo= resistencia por su brazo) puede despejar el dato que falta con  una sencilla ecuación de primer grado; ¿Acaso la vida no es eso? ¿Una sencilla ecuación de primer grado relacionada con un problema de palancas?.

En nuestra vida todos tenemos una resistencia que vencer (trabajo, enfermedad, falta de dinero, demonios interiores que sacan lo peor de nosotros etc...) pero por suerte nuestra potencia no está sola, siempre tenemos puntos de apoyo que nos sirven para vencer esta resistencia, quizás nuestro problema es que no sabemos colocar el fulcro, o es posible que nos equivoquemos a la hora de colocar la potencia convirtiéndola en resistencia; Con esto quiero decir que quizás el problema es que no somos capaces de identificar ni nuestros problemas y las posibles soluciones y lo que es más triste que no sepamos ver nuestros puntos de apoyo para vencer la resistencia.

Tengo amigos que se encuentran en un bucle por motivos laborales, económicos y personales (Maldita crisis económica y humana), yo mismo hay días en los que parece que veo todo negro, pero no nos queda otro remedio que buscar una palanca y mover el mundo.

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