miércoles, 22 de julio de 2009

Ahora entiendo porque duele tanto.

Siempre me he preguntado porque la muerte de la gente que quiero y aprecio duele tanto.

Muchos pensarán que es por el sentimiento de ausencia, el de no volver a verlos pero creo que no es por eso ya que muchos siempre están presentes en mi corazón.

Me duele tanto porque no puedo evitar ver gente vacía y cobarde desperdiciar su vida mientras que muchas personas buenas y valientes no han tenido la posibilidad de hacerlo.

Me doy cuenta de que ese comportamiento desde pequeños ya se repite y seguro que se acentúa sino se corrige a tiempo.

Me refiero al comportamiento de no asumir los propios errores, culpar a todo el mundo de las cosas que nos pasan y no mover ni un dedo para cambiar nuestra situación.

A lo largo de la vida he ido perdiendo a gente que quiero mucho, no sé si se van al cielo, el caso es que se me van, gente que no ha hecho otra cosa nada más que pelear, vivir con dignidad, ayudando a todo el que se lo ha pedido y siendo ejemplos de superación personal.

¿Y qué se me queda aquí? Pues quitando honrosas excepciones (gente con la cual suelo compartir mi vida y llamo amigos) se me queda un mundo de gente que espera la sopa boba, que no mueven un dedo por nadie salvo por ellos mismos, que pasan demasiado tiempo mirándose en el espejo, diciéndose lo bonitos que son y lo torpe que somos los demás.

1 comentario:

Celfa dijo...

La verdad que hay gente tan mediocre en esta vida, que cuando se van los seres queridos, no puedes evitar pensar... ¿Y por qué ellos con la de indeseables que veo por la tele todos los días, que no aportan nada bueno a esta sociedad?

Solo nos queda recordar a los que se han ido, y pensar que allá donde estén, seguro que pensarán en nosotros.

:)