martes, 22 de enero de 2008

No es lo mismo llamar que salir a abrir.

Llevo unos días en los que me doy cuenta una vez mas lo triste que resulta llamar a una puerta en la que nunca nadie te abre, pero sin embargo ver como hay gente que se dedica a aporrear la mía y no respetar que alguna vez no este en casa.

Yo tengo fama de ser muy hablador, vamos dicen que soy capaz de echarles un debate a Hugo Chavez y a Fidel Castro, según dicen seguro que les dejaría durmiendo.

No es que me importe que me digan que soy muy hablador, no siempre fui asi a pesar de los rumores y la leyenda humana que circula, hubo un tiempo en el que fui un chico tímido y poco hablador, además también es cierto que incluso tuve pelo y fui atractivo…aunque esto último esta por confirmar con el monstruo del lago Ness y los cocodrilos de las alcantarillas.

Bueno a lo que iba, esta claro que me encanta hablar y conocer gente, charlar de mil temas pero algo que creo que se me da bien hacer es escuchar, sobretodo creo que tengo una capacidad para captar los problemas en los demás y tener siempre una palabra de apoyo para ellos.

El problema es que alguna vez yo también necesito que me escuchen y me doy cuenta de que muchas personas me oyen pero pocas personas me escuchan, claro que haberlas las hay espero que nadie se me moleste.

¿No os habéis parado a pensar en ello? ¿Cuantas veces somos capaces de escuchar de verdad a la gente que nos rodea? ¿cuántas personas realmente nos escuchan?

En plena época de la comunicación, cuando mas medios para comunicarse hay menos nos paramos a escuchar a los demás. ¿En cuantas casas se come con la tele a todo trapo? ¿cuántas parejas hay que no son capaces de hablar durante la comida o la cena? ¿Cuánta gente hay que en un fin de semana no es capaz de pararse a escuchar a nadie que no lleve un escote hasta el ombligo?

La diferencia principal entre escuchar y oír para mi es una muy clara, cuando escuchas a alguien puedes aprender de esa persona, porque siempre he tenido claro que uno puede aprender cosas de todo el mundo, si simplemente te paras a oír un rato nunca aprenderás nada porque lo que esa persona te diga te entrara y te saldrá como si tal cosa.

Es posible que siga teniendo en un futuro fama de hablador, incluso habrá gente que me vea pesado pero la verdad no pienso cambiar porque se que aparte de hablar mucho me encanta escuchar y que quien realmente me conoce lo sabe.

Vamos que seguiré saliendo a abrir las veces que haga falta y con que me vaya encontrando de vez en cuando una persona que me abra la puerta me daré por contento.

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