Los escondites del corazon.

Muchas veces escondemos cosas en nuestro interior por miedo.

Miedo al rechazo, miedo a equivocarnos, miedo al dolor, nos ponemos una coraza y decimos estoy así bien.

A veces en la vida aparece alguien que te hace tambalear y hace que veas esa armadura como una cosa estúpida e inservible.

Luego tienes miedo de nuevo y te das cuenta de que sigues necesitando esa armadura para sentirte seguro.

Supongo que cuando te has llevado tantos golpes, llega un momento que te cansas de sangrar, que te conformas con estar tranquilo en tu charca, te vuelves a ojos de los demás en la persona que realmente no eres y disfrazas tu realidad.

No se supongo, que te molesta también tanto que nadie se pare a conocer a nadie, que todo el mundo viva el ahora, que solo se queden con la imagen que vendes, que ya crees que es imposible que alguien se pare a conocerte.

Lo gracioso es que de repente sin esperarlo aparece alguien que te da la oportunidad de conocerte y ¿que haces tu? sentirte estúpido e insignificante, esconder la cabeza y volver a tu charca con cara de tonto porque piensas que esa persona se merece conocer a alguien que valga realmente la pena, que los ogros están condenados a vivir solos, entonces pones los pies en la tierra y vuelves a tu día a día.

En fin el miedo es libre y los escondites del corazón infinitos.